Nuestro futuro

Compatriotas: Hemos venido a la vida nacional de nuestro querido Ecuador para reir, ser felices, no para llorar; no pensemos que estamos muriendo o estamos naciendo; lo que debemos pensar es que con nuestro esfuerzo haremos grande a nuestra ciudad, provincia y nación en general. No, el mundo no se ha vuelto loco para eso estamos y señalamos todas las direcciones que conducen al progreso, grandeza y respeto. En esta temporada preelectoral debemos fortalecer la conciencia cívico-patriótica, que se vino en menos por los diez años perdidos del gobierno anterior.

En este desconcertante contexto, los hombres de negocios nadan contra corrientes económicas, los sistemas de valores parece que se desmoronan, se resquebrajan y hunden mientras el Estado cabecea a impulsos de tremendas sacudidas. Al contemplar estos violentos cambios que podemos considerarlos como pruebas aisladas de inestabilidad, derrumbamiento y desastre. Es decir somos como los tripulantes de un barco atrapado en una tempestad y tratando de navegar sin brújula ni mapa por peligrosos arrecifes.

Este es el sentimiento popular de los ecuatorianos que lo trasladamos a los potenciales postulantes a candidaturas, para que programen en su gestión en caso de ganar las elecciones.

Así las cosas, una nueva y fantástica forma de vida hagamos que comience a asomar por el horizonte, por eso hay que formular las más amplias preguntas acerca de nuestro futuro que no es una simple cuestión de curiosidad intelectual, es una cuestión de supervivencia.

La mayoría de nosotros estamos ya empeñados en resistir o en crear la nueva etapa de gobierno, para lo cual todos nos ayudaremos cada uno de nosotros es responsable3 del futuro ecuatoriano, decidamos correctamente.