Yo acuso

Wellington Toapanta

El retrato que hizo el presidente Lasso de la enredadora mayoría parlamentaria semeja a la que, en 1900, realizó Emilie Zola sobre acusadores y jueces contra Alfred Dreyfus. En los dos casos, fue severo el ‘Yo acuso’ contra los embaucadores.

Zola, en su carta dirigida al presidente francés Lourbet, desnudó a los inauditos acusadores, a los sumisos juzgadores, que procesaron a Dreyfus con falsas pruebas para penarle por alta traición. Esto fue denunciado por investigaciones periodísticas y el tesón de Zola por relucir la verdad, similar a la imputación de ‘peculado’ de 59 turbios parlamentarios contra Lasso.

En el hervidero de irracionalidad política de fines del siglo XIX en Francia, urdidas autoridades buscaron un culpable de filtrar documentos militares. Imputaron al capitán Alfred Dreyfus, con pruebas forjadas y lo sentenciaron. En Ecuador, el correísmo y adláteres, ya tenían juzgado y sentenciado desde mayo de 2021.

Allá, el periodista Bernard Lazare y Zola develaron la trama. El autor de ‘Germinal’ escribió a Loubert que el caso Dreyfus era un complot, amenazaba a la República; que la justicia estaba subordinada a un partido; que los acusadores tenían pruebas de inocencia del imputado; que los jueces habían “redactado informes mendaces y fraudulentos”.

Similar al caso Lasso. La mayoría parlamentaria barajó imputaciones, fraguó su grupo ‘investigativo’, presentó un informe de origen sospechoso. El primer cargo fue ‘traición a la Patria’. Ensayaron otros. Ninguna prueba. Hubo sospechosa admisión de peculado.

La sustanciación del proceso refrendó la inocencia del acusado. Empero, la mayoría depredó la Constitución y leyes, el debido proceso; archivó el informe que eliminó su objetivo. Llegó el día: La interpelante reprodujo su casete. El otro ilógico.

El interpelado espetó: yo los acuso porque no crean leyes, las destruyen. No afianzan nuestras normas, las ultrajan. Yo los acuso de distorsionar el verdadero sentido de lo político (…), hasta convertirlo en depósito de las más bajas y negativas pasiones…

Constitucionalmente, los jueces políticos fueron disueltos. Paradójicamente, el fraguado hiperpresidencialismo correísta lo ejercerá Lasso. Ojalá para bien del Ecuador.