Identidad



POR: Víctor Hugo Portocarrero De La Torre


La pregunta presente, continua siempre, y a ratos olvidada: ¿quiénes somos?; y dentro, un tejido interrogante que en su construcción denota el tema del ser, y de la relación con quienes también son y no son. Su espacio y entorno envolvente, su tiempo pasado, el más próximo o contemporáneo, el ahora, lo que soy en realidad y lo que seré.


Sin duda, hablar sobre la temática podría ser por demás presuntuoso, por lo que el pedido de disculpa cruza toda la escritura.


Podría situarse de hecho en el argumento de una discusión filosófica: “yo soy, sólo yo y nadie más”, y en continuidad inseparable de un eslabón, que sólo no sería, pero en conjunto es y constituye en unidad la cadena. “Soy por lo tanto en ti, en el otro en el que me rodea, en realidad sólo soy yo, y existo en mi integridad por ser parte constitutiva de ti y de los demás y lo demás”.


Con todo, lo único permanente es el cambio. Erikson ha llamado a dicho factor de continuidad interior como mismidad, es decir el sentido del ser que va unido a la percepción de continuidad de la propia existencia en el tiempo y en el espacio, unida a la noción de que otros reconocen tal existencia.


Gilberto Giménez establece que “la identidad no es más que la cultura interiorizada por los sujetos, considerada bajo el ángulo de su función diferenciadora y contrastiva en relación con otros sujetos”.


En adelante, definir los límites de la búsqueda en los constitutivos de la cultura y la identidad para precisar la nuestra propia, podría en cuidado de la banalidad que probablemente amenazaría, en pretensión de erudición, establecer como un interrogante a ser resuelto… ¿Cuáles son las características de distinguibilidad que configuran la identidad del ibarreño/a? y por supuesto ¿Cómo estas se presentan y la distinguen?