El trabajo infantil

POR: Mariana Minda

El trabajo dignifica al hombre. Es una máxima que llena y da mucha importancia a la vida del ser humano, porque hace posible una salud física y moral, pues el movimiento y el ejercicio mantienen sanos y saludables a quienes hacen un trabajo y producen mucho para sí y para los demás. Por otra parte el trabajo da la recompensa que se recibe en dinero, como pago al esfuerzo realizado con responsabilidad.

El trabajo infantil en cambio es una violación a los derechos de la niñez y por tanto un atentado a la integridad de los pequeños, menores de edad, que tienen que trabajar en desmedro de su salud.

Esas no son tareas para su edad, que le producen daños en su salud, ocasionándole dolores en su organismo, desánimo, cansancio, baja de peso, retraso en su crecimiento y más afecciones, que son reacción ante el anticipado esfuerzo que se les obliga a realizar y que arrastran secuelas para toda la vida y acortan el ciclo de vida normal de la persona.

Quienes hacen trabajar a los niños deben responder ante la justicia, porque su acción es explotación y exigencia forzada a que los niños realicen tareas que no les competen. Ellos pueden ayudar a sus padres, con las tareas de la casa, en forma sencilla y voluntaria, para que vayan aprendiendo y puedan defenderse en la vida, pero sin ninguna obligación y peor que se conviertan en abuso, que los maltraten.

El trabajo infantil es penado por la ley, que castiga a los infractores que muchas veces son sus padres y familiares, que obligan a sus hijos el desempeño de labores impropias a su edad y en estos últimos tiempos son vendedores de toda clase de artículos buenos y malos como caramelos y hasta drogas, que los precipitan hasta al consumo, desde muy cortos años, convirtiendo el asunto en un problema que tienen que enfrentar las instituciones educativas, con sus autoridades y padres de familia, que realizan grandes esfuerzos en la lucha contra esta realidad monstruosa, que además obliga a la sociedad entera para estar siempre alerta y vigilante para hacer las denuncias, que lleven a las autoridades respectivas a tomar las medidas que corrijan y castiguen a los responsables de semejante desastre, para evitar a toda costa el avance y mayor propagación.