Confraternidad Carcelaria opera en 102 países

Charles Colson saborelo que se conoce como el ito capitalista. Bien parecido, casado con una buena mujer y ministro sin cartera del entonces presidente de los Estados Unidos Richard Nixon, Colson era la realizaci suprema.

A tal punto llegsu poder, que las personas que quern alg favor del hombre m fuerte del planeta, primero tenn que hablar con .

Ese aparente ito era pura apariencia. En la prtica, Colson ten m problemas y defectos que el m humilde de los mortales.

De pronto, se vio a smismo y comprendique no ten nada. Fue entonces cuando tomla decisi de aceptar a Jesucristo como su salvador.

Su testimonio de que se hab hecho cristiano fue motivo de policos debates en los Estados Unidos. Muchos dijeron que fue un cuento, para librarse del escdalo Watergate, que ya hab golpeado las puertas de la oficina oval.

El juez que llevaba la causa, lo condena 18 meses de prisi. Entonces Colson conociel verdadero infierno. Fue testigo de todo tipo de atrocidades, como crenes, violaciones, trico de drogas, extorsi y abusos de reos «bravas» contra sus comparos diles, corrupci de los guardias y muchas cosas m.

Mientras cumpl su condena, Colson se refugien la Biblia. Un d recibiuna llamada telefica, en el sentido de que algo le hab pasado a un familiar cercano. El hombre no pudo m y comenza interpelar a Dios.

A los pocos minutos, un amigo le llampara decirle que el resto de ds que le faltaba por cumplir de su condena, los iba a cumplir. Pero Colson no pudo salir de la prisi.

Y es que mientras cumpl su condena, el hombre formgrupos de oraci y estudio de la Biblia. Al mismo se unieron varios de sus comparos, gus y tambi familiares.

En tan poco tiempo, su fama se hab extendido tanto, que miles de personas, en su mayor reos de otras celes, le pidieron que vaya a visitarlos, porque tambi habn formado grupos de oraci. Fue ascomo nacila Confraternidad Carcelaria.

Este organismo de tinte cristiano tiene como ico objetivo rehabilitar al preso. En ese proceso, el reo aprende a conocerse asmismo, a amar la vida y a respetar a los dem.

Muchos han llorado al recordar su pasado. M de uno ha pedido perd a las personas que un d, cuando estaban perdidos, hicieron da.

La Confraternidad Carcelaria ha rehabilitado a miles de seres humanos alrededor del mundo. Es imposible dar cifras, lo cierto es que este organismo, suple muchas veces las deficiencias del Estado, en cuanto a policas de rehabilitaci.

Una buena labor en el Ecuador

A Jairo Ramez, ciudadano colombiano, el mundo se le vino encima, como se dice vulgarmente, cuando los agentes de la Polic Antinarcicos de Pichincha le descubrieron la droga que llevaba hacia el extranjero.

Ramez dice que nunca estuvo al tanto de las durezas de nuestras leyes, especialmente en los delitos por narcotrico. Fue encarcelado y condenado luego a diez as de prisi.

Como todo ser humano que de la noche a la mana es privado de su libertad, Ramez comenza experimentar un cambio en su comportamiento.

Se volviun hombre indiferente, a veces agresivo. En la ccel fue testigo de todo, desde abusos de poder hasta corrupci al m alto nivel. Pero, al eso no le importaba.

Las cosas comenzaron a cambiar cuando uno de sus comparos le habldel amor de Dios. Muy pronto se enterque en el penal Garc Moreno, la organizaci religiosa catica » Confraternidad Carcelaria» ten un pabell, a donde iban los presos que ya estaban rehabilitados.

Llegar alla Ramez le parec un sue. Pero su amigo le siguihablando del amor de Dios, de la dignidad del ser humano, de la vida y de muchas cosas m.

Ramez comenza leer la Biblia. Fue ascomo el infierno que viv tras las rejas, de la noche a la mana se convirtien una especie de parao. porque acepta Jesucristo como su Salvador.

Era un hombre nuevo. Eso lo notaron sus amigos. Se volvidinico, con ganas de trabajar por los dem. Para su sorpresa, en menos de lo que canta un gallo, estaba de interno en el Hogar San Pablo, que es administrado por la Confraternidad Carcelaria.

Actualmente trabaja como voluntario y las hace de relacionador plico. Estmuy agradecido con la confraternidad, porque hicieron de un hombre nuevo. Al salir de prisi dice que continuartrabajando como voluntario.

Una ayuda al primo

En el Ecuador, la palabra Confraternidad Cercelaria tiene un nombre: Jorge Crespo Toral. Este prominente abogado, considerado por muchos como un ser apasionado, pero fuera de serie, es un devoto catico que se las da tiempo para trabajar por los presos, a quienes los ve como sus amigos.

La obra de Crespo es digna de todo elogio. Las decenas de reclusos que han salido de los pabellones que administra la Confraternidad Carcelaria, aslo dicen.

Para sorpresa de muchos, de los m de 500 reos que han pasado por la Confraternidad, solo tres volvieron a reincidir en el delito. El resto son hombres nuevos, que aman la vida, a Dios y a sus semejantes. Ellos a Crespo lo tienen como su padre.

Fiel al proverbio de que nadie es profeta en su tierra, el modo de rehabilitaci ideado por Crespo (que consta en su libro «Hacia la Libertad), es ahora aplicado en varios paes del mundo, pero, coincidencialmente, menos en el Ecuador, como polica de Estado.

Crespo dice que antes de que un preso ingrese al Hogar San Pablo, te debe pasar por dos etapas. La una, de adoctrinamiento, que es de puro conocimiento, «de profundizaci de la vida», seg dice.

En esta etapa el reo aprende a amar la vida, a respetar a sus semejantes y, de manera especial, a tomar conciencia de que Dios le ama y le ha dado la fuerza para cambiar.

En la segunda etapa. de preparatoria y que funciona en el pabell «E» del penal Garc Moreno, el preso sigue profundizando en sus conocimientos.

Luego pasa al hogar San Pablo. «Aquhay tres etapas, una cerrada, una semi abierta y la tima abierta. En la semi abierta los reos salen a la calle a trabajar y regresan a dormir. En la abierta solo vienen por horas», dice.

Este modo ha dado buenos resultados, toda vez que quienes un d fueron contumaces delincuentes, hoy son hombres iles a la sociedad. (HC)

Jorge Crespo Toral, un hombre sencillo, que ama a Dios, a la vida y a sus semejantes, es sin lugar a dudas el mejor amigo de los presos.

La Confraternidad Carcelaria estde cumpleas, es de esperar que la empresa privada, el Estado y otros organismos, se involucren con esta organizaci, en el duro pero hermoso proceso de rehabilitar a un ser humano.