Jóvenes sometidos a un entrenamiento brutal, creyentes de la supremacía rusa y llenos de resentimientos habrían cometido los crímenes de guerra.
Redacción KIEV
Civiles maniatados y asesinados; minas terrestres inteligentes que detectan el movimiento a varios metros y explotan en el momento justo; cartas bomba camufladas entre la ropa de los combatientes muertos; violaciones de mujeres..
Esas son algunas de las sorpresas que han hallado militares y pobladores de Ucrania tras el repliegue de tropas rusas hacia el este del país.
Pero quiénes son los soldados rusos capaces de cometer crímenes de guerra y a quienes algunos denominan los combatientes Z, en alusión a la marca colocada por Rusia a su equipo de combate a fin de evitar que se confunda con el armamento ucraniano.
El diario español El Mundo hace una radiografía de los integrantes de los escuadrones capaces de cometer atrocidades. El medio los describe como “brutalizados, mal pagados y adoctrinados en la idea de la supremacía rusa”.
Estrategia de formación
El Mundo dice que una de las causas puede resumirse en una palabra: «Dedovshchina», o sea, «las reglas de los veteranos», un proceso de brutalización, tortura a los novatos y deshumanización que dura años y que incluye abuso físico y psicológico violento y a veces letal.
A lo anterior se añaden las malas condiciones de vida en los cuarteles y las academias, a veces de lugares remotos como Siberia, el Círculo Polar Ártico o las islas Kuriles, lo que da como resultado una tropa desmotivada y tendente al nulo respeto por los derechos humanos.
La parte psicológica es otro elemento importante. El adoctrinamiento ideológico incluye toneladas de nacionalismo tóxico, teorías de la supremacía étnica rusa y enormes dosis de revisionismo histórico para glorificar a líderes como Beria (jefe de policía secreta soviética) o Stalin (el dictador soviético responsable de la muerte de millones de ucranianos).
También está el asunto de los salarios. La mitad de los militares desplegados en Ucrania, los reclutas más jóvenes, cobran unos 21 dólares al mes, una auténtica miseria. Los profesionales ganan unos 658 dólares al mes.
Todo esto generaría frustración y enojo en estos reclutas, lo que los lleva muy probablemente a buscar desquitarse con el mundo. (DLH)