Militares de EE.UU. temieron un golpe de Estado de Trump

El jefe del Comando Conjunto, Mark A. Milley, habló con dos periodistas de The Washington Post.

Según un libro de próxima aparición, los generales de mayor rango hicieron planes para evitar el evento luego que Trump desconociera los resultados electorales.

WASHINGTON. El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Mark A. Milley, temía que el expresidente Donald Trump diera un golpe de Estado para perpetuarse en el poder tras haber perdido las elecciones de noviembre de 2020.

Milley, el general de mayor rango en EE.UU., decidió hacer planes sobre cómo detener ese golpe de Estado en caso de que se produjera ese ataque a la democracia, revela un nuevo libro escrito por dos periodistas de The Washington Post, de cuyo contenido se hacen eco este jueves varios medios estadounidenses.

La retórica de Trump antes de las elecciones alarmó a Milley y otros generales, que decidieron prepararse por si ocurría lo inimaginable. Así indica el libro «I Alone Can Fix It: Donald J. Trump’s Catastrophic Final Year» («Solo yo puedo arreglarlo: el catastrófico año final de Donald Trump»), que se publicará la semana próxima.

«Podrán intentarlo, pero no van a tener éxito», dijo Milley a sus subordinados, según el libro. «No puedes hacer esto sin los militares, no puedes hacer esto sin la CIA y el FBI. Nosotros somos los tipos con las armas», remarcó.

Después de los comicios y de que Trump rechazara aceptar la victoria del actual presidente, Joe Biden, la preocupación entre Milley y los militares creció aún más.

Milley llegó incluso a decir que, con sus mentiras sobre las elecciones, Trump estaba difundiendo el «evangelio del Führer», en referencia al dictador nazi Adolf Hitler.

En respuesta, Trump emitió un comunicado en el que arremetió contra Milley y consideró «ridículas» las alegaciones sobre el golpe de Estado.

«Si fuera a dar un golpe de Estado, una de las últimas personas con las que querría hacerlo es con el general Mark Milley«, dijo el expresidente.

El libro que ha generado la polémica fue escrito por dos periodistas de The Washington Post, Carol Leonnig y Philip Rucker. EFE