Moscú apunta a elevar el intercambio comercial con Pekín hasta los $200 mil millones. Ambos países acordaron una hoja de ruta de cooperación militar.
Redacción MADRID
Rusia no tiene miedo al incremento del poderío económico y militar de China, y continuará profundizando las relaciones con Pekín sobre la base del respeto mutuo, declaró el presidente ruso, Vladímir Putin.
«Desarrollaremos nuestras relaciones con China del modo que consideremos necesario. Estamos satisfechos con el nivel de nuestras relaciones. Pensamos que pueden ser aún más profundas, sustanciosas y provechosas tanto para el pueblo de Rusia como para el chino», afirmó durante el Foro de Inversiones VTB «Rusia llama».
Putin bromeó con que Occidente trata de asustarle sobre el poderío de China desde el año 2000, y desde entonces, aquellos que trataban de instaurar miedo «son los que se asustaron ahora».
Por eso cambian sus políticas hacia Pekín, con la introducción de sanciones y limitaciones «injustificadas y contrarias a las normas del derecho internacional», aseguró.
En ese sentido, Putin recordó que durante el año pasado el intercambio comercial entre Rusia y China creció en un 6,7%, hasta los 104.000 millones de dólares, y expresó su confianza en que en pocos años ascenderá a los 200.000 millones de dólares. Moscú apunta a que esto ocurra en tres años.
«Cooperamos con nuestros socios en las direcciones que consideramos importantes», acotó, al señalar que Moscú y Pekín mantienen «relaciones estables» que representan «factor significativo de estabilidad a escala mundial». (EFE)
Cooperación en el campo militar
La cooperación chino-rusa no se limita al área económica. La semana pasada, los ministros de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, y de China, Wei Fenghe, dieron su visto bueno a una hoja de ruta para estrechar la cooperación militar hasta 2025, que se concretará en colaboraciones en “el aire, el mar y tierra”.
La hoja de ruta se adopta pocos días después de que Rusia y China efectuaron su tercera patrulla conjunta con aviones estratégicos sobre las aguas de los mares de Japón y China Oriental.
La primera patrulla conjunta chino-rusa tuvo lugar en julio de 2019 y generó las protestas de Corea del Sur. (EFE)