Nicolás Maduro impulsa una reforma constitucional para reforzar el poder del chavismo, ampliando el control del Estado a través del “poder comunal” y endureciendo penas contra la oposición. La propuesta, que modifica al menos 80 artículos, busca consolidar un modelo político sin contrapesos. Con esta medida, el mandatario pretende blindar su permanencia en el poder y neutralizar cualquier amenaza a su régimen.
Nicolás Maduro impulsa una reforma constitucional que modificaría al menos 80 artículos de la Carta Magna de Venezuela para reforzar el control chavista.
Sin detallar los cambios, presentó un primer borrador ante el Parlamento oficialista, destacando la necesidad de “rehacer Venezuela” con un modelo de “democracia comunal” que amplíe el poder de las organizaciones creadas por el régimen.
El proyecto, encabezado por el fiscal general Tarek William Saab, buscará además penas más severas contra cualquier “amenaza fascista”, término con el que el chavismo suele referirse a la oposición. Se espera que la propuesta sea sometida a referendo este año.
Maduro quiere que quede “explícito y claro que Venezuela no tolerará, de ninguna manera, ninguna una amenaza fascista”, un término que normalmente acuña a la oposición liderada por María Corina Machado, que ha presentado pruebas de que el chavismo se rob las pasadas elecciones presidenciales.
“Venezuela ha sido víctima de todas las formas de conspiración” y “debe ser penada de la manera más draconiana”, advirtió el Maduro, que demandó que la comisión entregue el proyecto definitivo de reforma en tres meses.
Maduro también pretende reestructurar las gobernaciones y alcaldías, consolidando un sistema donde las comunas, controladas por el gobierno, asuman más funciones y manejo de recursos. La iniciativa recuerda la Asamblea Constituyente que convocó en 2017 para despojar de poder al Parlamento opositor y que terminó sin reformar la Constitución.
El chavismo ya intentó cambios constitucionales en el pasado. Hugo Chávez logró la reelección indefinida tras una enmienda en 2009, luego de que un referendo rechazara su propuesta inicial en 2007. Ahora, Maduro busca afianzar su permanencia en el poder y debilitar a la oposición en un país sumido en crisis política y económica.