Erosión política y desgaste social causan incertidumbre en la región

Los problemas en América Latina han hecho que algunos gobernantes acaparen más poder.
Los problemas en América Latina han hecho que algunos gobernantes acaparen más poder.

América Latina se enfrenta a enormes retos que pudieran mostrar el camino hacia el futuro. La democracia está lastimada.

REDACCIÓN INTERNACIONAL. Latinoamérica vive un momento de gran incertidumbre política a causa de la erosión de sus instituciones y el desgaste económico y social que ha supuesto la pandemia. A esto se suma la situación que se ve agravada por la guerra en Ucrania y el desinterés de EE.UU., más preocupado de sus problemas domésticos y del desafío de Rusia y China que de colaborar con la región.

América Latina y el Caribe ha sido la región más vulnerable a la pandemia. Aunque su población representa apenas el 8,4% del total global, la región concentra el 32,1% de las defunciones reportadas por COVID-19, enfermedad que, según los datos más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), provocó de forma directa e indirecta 14,9 millones de muertes en todo el mundo.

Como consecuencia de la prolongada crisis sanitaria y social, la pobreza en la región ha alcanzado niveles sin precedentes y ha impactado fuertemente en la desigualdad y el empleo.

Se han destruido 20 millones de puestos de trabajo, un tercio de la población vive en la pobreza y la tasa de indigencia aumentó del 13,1% de la población en 2020 al 13,8% en 2021, lo cual representa un retroceso de 27 años, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Pero la pandemia también ha servido de pretexto para que algunos gobernantes acaparen más poder y apliquen indebidamente el estado de excepción, régimen previsto constitucionalmente para situaciones especiales y que permite adoptar medidas excepcionales.

Autoritarismo y populismo

«Nuevos autoritarismos emergieron en sociedades impacientes, desconfiadas y fuertemente golpeadas por la emergencia sanitaria», señala la edición 2022 del índice Riesgo Político en América Latina, que elabora el Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica (Ceiuc) de Chile.

América Latina se enfrenta a otro año complejo para la gobernanza, señala este documento. «Los niveles de incertidumbre, volatilidad, riesgo político y polarización se mantendrán altos» y, al mismo tiempo, seguirán presentes «el populismo, el sentimiento antiélite y el nativismo xenofóbico«.

En tanto, el Latinobarómetro advierte de que la mitad de los ciudadanos de la región están dispuestos a aceptar un Gobierno no democrático mientras sea capaz de resolver sus problemas.

«El panorama que presenta hoy en día América Latina desde el punto de vista de los valores democráticos y el respeto al Estado de derecho es muy precario. Yo me atrevería a decir, incluso, desolador», declara el abogado chileno defensor de derechos humanos José Miguel Vivanco. (EFE)

Tendencias desestabilizadoras

Tres grandes tendencias desestabilizadoras se están consolidando en la región, advierte José Vivanco, exdirector para las Américas de Human Rights Watch (HRW).

«La primera de ellas es la noción de que basta ser elegido democráticamente para luego ejercer el poder y gobernar de un modo que puede ser perfectamente autoritario», explica.

Un segundo aspecto, aún más grave, según Vivanco, es el retroceso en la democracia electoral y la desestabilización institucional.

Otro elemento es la creciente presencia de los militares en actividades que son propias de las autoridades civiles.

«El populismo es un estilo de hacer campaña e incluso de gobernar. Puede ser usado tanto por líderes de izquierda como de derecha»,

Patricio Navia, analista político.