Nuevo presidente recibirá un Perú más pobre y endeudado

Perú elige a su nuevo gobernante este 6 de junio, un país que tiene el récord mundial de presidentes procesados por la Justicia y donde todos los mandatarios desde 1985 -con la excepción de dos interinatos- han terminado investigados, arrestados o encarcelados.

Los candidatos finalistas Pedro Castillo y Keiko Fujimori no han anunciado medidas claras para reactivar la economía del país

Redacción LIMA

La pandemia de la covid-19 convirtió a Perú en la nación con la tasa más alta de muerte global y la llevó a una caída del 11% de su PIB en el 2020, herencia que recibirá el mandatario que salga electo en las urnas el próximo 6 de junio: el izquierdista Pedro Castillo o la derechista Keiko Fujimori.

La covid-19 desnudó en Perú las grandes brechas en servicios públicos y sanitarios, pues los centros de salud solo contaban, en marzo de 2020 al estallar la pandemia, con un centenar de camas en las unidades de cuidados intensivos.

El entonces Gobierno de Martín Vizcarra (2018-2020) decidió aplicar una cuarentena estricta, que se extendió por tres meses, para dedicar recursos extraordinarios para equipar hospitales y comprar todo lo necesario para atender la pandemia.

En los primeros meses de la emergencia, Perú destinó hasta 12 puntos de su PIB para adquirir insumos y equipos médicos, contratar personal especializado, pero también para lanzar un conjunto de créditos para las empresas y bonos para las familias vulnerables.

Medidas insuficientes

Pero las medidas no impidieron que el país se transforme en el de mayor mortalidad en el mundo con 551 decesos por cada 100.000 habitantes.

Perú ha acumulado más de 180.000 fallecidos a causa del virus, según el último índice confirmado por el Gobierno la semana pasada, que casi multiplicó por tres el número de fallecidos que había reconocido hasta la fecha.

La segunda ola de contagios, de la que recién sale el país, ha elevado el número de enfermos hasta bordear dos millones, aunque la tendencia está en descenso y ya hay disponibilidad mínima de camas en UCI.

Actualmente, Perú ha vacunado a más de 2,4 millones de personas y ha adquirido 60 millones de dosis para inmunizar a toda su población adulta hasta finales de año.

Caída del PIB y alza de la deuda

Las medidas tampoco evitaron que 1,8 millones de personas fueran lanzadas a la situación de pobreza.

La cuarentena del 2020 provocó un cierre de la economía peruana, que la contrajo en 40% en abril y al final del año reportó una caída anual de 11%, según cifras del Banco Central de Reserva.

Por su parte, el déficit fiscal se elevó a 8,9 % del Producto Interno Bruto (PIB), similar al que Perú tenía a fines de los años ochenta, debido al inusitado incremento de los gastos públicos y a la reducción de ingresos fiscales por el cierre de la actividad privada.

Además, la deuda pública del país creció del 26,8 % del PIB en 2019 al 35% en 2020, y se teme que siga cuesta arriba hasta llegar a un pico de 37% entre el 2022 y 2023.

Expectativas de mejora

El ministro de Economía, Waldo Mendoza, afirmó que pese a la situación actual, Perú tendrá una de las recuperaciones más rápidas en la región y que el Producto Interno Bruto (PIB) podrá crecer 10% este año y a un ritmo de 4,5% hasta  2024.

El Gobierno de transición de Francisco Sagasti entregará la Presidencia el próximo 28 de julio al mandatario del bicentenario de la independencia, que deberá hacer frente a un país donde la pobreza ha crecido seis puntos porcentuales, hasta 27,5% de la población, en el último año.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), los bonos entregados hasta inicios de este año, han impedido que la pobreza en Perú crezca diez puntos porcentuales, pero recomienda que se mantengan e incrementen para reducir este índice.

Los dos candidatos en contienda, Pedro Castillo (izquierda) y Keiko Fujimori (derecha), coinciden en señalar que sus prioridades serán relanzar la economía y combatir la covid-19.

Sin embargo, ninguno parece tener planes más allá de cosas genéricas como abrir la economía, eliminar restricciones sanitarias, incrementar recursos hospitalarios y potenciar el número de pruebas y análisis para controlar la enfermedad.