Victoria de Ortega aumenta el aislamiento de Nicaragua

FACHADA. El exguerrillero Daniel Ortega pretende limpiar su imagen alegando que su llegada y mantenimiento en el poder tienen orígenes democráticos.
FACHADA. El exguerrillero Daniel Ortega pretende limpiar su imagen alegando que su llegada y mantenimiento en el poder tienen orígenes democráticos.

Hasta ayer, la discutida reelección del presidente nicaragüense solo era reconocida por países como Bolivia, Cuba, Irán, Rusia y Venezuela.

Redacción MANAGUA

El exguerrillero Daniel Ortega asumirá el 10 de enero de 2022 su quinto mandato de cinco años como presidente y cuarto consecutivo, con lo que podrá permanecer en el cargo hasta 2027; así podrá cumplir 20 años seguidos en el poder, un caso inédito en la historia de Nicaragua.

Sin embargo, la reelección aumenta el aislamiento internacional en el que ha sumido a su país con sus políticas totalitarias. La victoria electoral del domingo solo ha recibido el apoyo de Bolivia, Cuba, Irán, Rusia y Venezuela, pero no del resto de la comunidad internacional, cuyos líderes lo consideran un dictador y a su victoria en las urnas una farsa electoral.

El proceso eleccionario ha sido desconocido bajo el argumento de que se cerraron los espacios democráticos con los arrestos de siete aspirantes a la Presidencia por la oposición, que se perfilaban como los principales contendientes de Ortega, la disolución de tres partidos políticos, además del control sandinista sobre el órgano electoral, entre otros..

Esta situación provocó el lunes reacciones negativas, por ejemplo, por parte de la Unión Europea y el gobierno de los Estados Unidos.

Un Ortega vulnerable

El analista Tiziano Breda señala que si bien Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, «han dejado claro que para ellos permanecer en el poder es una cuestión elemental» y que «están dispuestos a todo», están expuestos a recibir mayor presión externa.

«Primero es que han cruzado líneas rojas, han excedido la represión electoral, han ido más allá de muchos otros gobiernos autoritarios; y lo segundo es que la economía de Nicaragua y los recursos que tienen a su disposición, internos y externos, para mantenerse en el poder y mantener la maquinaria estatal, no son extensos como los de otros países»; y eso es una vulnerabilidad, anotó.

«Dependiendo de cómo ciertos sectores internos, principalmente el económico, y externos, en la comunidad internacional, respondan a esta farsa electoral, pueda la presión jugar un papel» en Nicaragua, apuntó.

El representante de Crisis Group dijo que han sugerido «que la presión tiene que ser coordinada, robusta, pero también integrada como parte de una estrategia más amplia de acercamiento a la crisis de Nicaragua«. (EFE)