El Gobierno mexicano revivió el fantasma de la expropiación con la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, con la que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, busca «rescatar» a la empresa de energía del Estado del «saqueo» de empresas privadas y extranjeras.
«No queremos expropiar por expropiar, no hemos hecho ninguna expropiación desde que estoy en el Gobierno, esto lo digo para que nuestros adversarios, que no son nuestros enemigos, no infundan miedo a los inversionistas ahora con la reforma eléctrica», expresó en su rueda de prensa matutina.
Normativa
El Senado aprobó el 2 de marzo, en lo general y en lo particular, la reforma eléctrica que López Obrador envió apenas hace un mes al Congreso para «fortalecer» a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El principal cambio será eliminar el criterio económico para siempre despachar primero la electricidad de las plantas hidroeléctricas y de combustibles fósiles de la CFE, sobre las centrales privadas de renovables, y al último las de ciclo combinado.