Los mexicanos reconocen los avances en los programas de reconstrucción, pero creen que los problemas estructurales se mantienen.
Redacción CIUDAD DE MÉXICO
México recuerda el sismo del 19 de septiembre de 2017 (y el de 1985) con cierta satisfacción por los avances en la reconstrucción, pero nuevos reclamos y el miedo de que la tierra tiemble, como ocurrió el 7 de septiembre y ayer en Acapulco.
«Vamos a cumplir cuatro años desde el sismo. La propaganda de este Gobierno es que se van restituyendo derechos, y es cierto en algunos casos, pero faltan muchos», dijo a Efe Karina Solís, vecina de Tláhuac cuya casa fue reconstruida.
Tláhuac, una alcaldía ubicada en el sureste de la Ciudad de México, es una de las zonas más humildes y pobladas del país. Fue una de las más dañadas por el sismo dentro de la capital y la colonia (barrio) Del Mar, donde reside Karina, la más afectada.
Ella, junto a muchos de sus vecinos, desde el sismo de 2017 se han plantado ante las autoridades para reclamar que todas y cada una de las personas afectadas en su colonia puedan tener una vivienda digna.
Los damnificados coincidieron en que a pesar de que el proceso de reconstrucción está encaminado, quedan cosas sin resolver y algunos están decepcionados con los resultados. Señalan, por ejemplo, la aparición de moho y humedad en casas reconstruidas. (EFE)