La crisis climática deja sin agua al sur de América

SEQUÍA. La falta de lluvias genera problemas en la zona de Cuyo y una reducción no vista desde 1944 en el río Paraná.
SEQUÍA. La falta de lluvias genera problemas en la zona de Cuyo y una reducción no vista desde 1944 en el río Paraná.

La falta de lluvias genera temor de cortes energéticos en Brasil, mientras que la baja del río Paraná, en Argentina, afecta actividades productivas.

Redacción BRASILIA, BUENOS AIRES

El 90% de los industriales brasileños está preocupado ante el riesgo de enfrentar un racionamiento eléctrico o un aumento de los costos de energía por la actual crisis hídrica que vive Brasil; la mayor en 91 años y que dejó en mínimo el nivel de agua de las hidroeléctricas.

El temor de los industriales fue medido en una encuesta divulgada este 10 de agosto por la Confederación Nacional de la Industria.

Un 83% de los industriales teme que la crisis provoque un aumento en los costos de la energía, un 63% teme la necesidad de un racionamiento eléctrico y un 61% que la crítica situación provoque interrupciones en el abastecimiento eléctrico.

El 98% considera que la situación provocará un aumento de los precios de la energía en Brasil y un 62% que obligará al Gobierno a imponer un racionamiento o restricciones en el abastecimiento.

Pese a que el Gobierno brasileño ha descartado por ahora la posibilidad de imponer un racionamiento para reducir el consumo de energía o la de un apagón, los analistas temen que la crítica situación de las hidroeléctricas, responsables por la mayor parte de la energía generada por el país, provoque una crisis económica.

Brasil tiene una capacidad instalada para generar 186 gigavatios de energía, de la cual un 65% es hidráulica, la fuente más barata y menos contaminante, y un 17% térmica.

Argentina, sin lluvias

Del mismo modo, las regiones de Cuyo (oeste) y Patagonia (sur) se encuentran «bajo los efectos adversos de la sequía», con un déficit considerable de lluvia y nieve que se extiende incluso a sectores cordilleranos y los pronósticos a largo plazo no describen grandes cambios.

“Varias regiones de la Argentina sufren las consecuencias de una prolongada e intensa sequía” que “produce diversos impactos en sectores de la actividad productiva y preocupa a expertos y autoridades”, advirtió la SMN.

En ese contexto, unas 70 millones de hectáreas están afectadas por la sequía en el área de la cuenca del río Paraná (y su afluente el Paraguay), en Argentina, cuyas aguas registran una histórica baja que complica varias actividades productivas.

Según un informe difundido hace unos días por el Servicio Meteorológico Nacional de Argentina, el 75% del área de la cuenca del Paraná está afectada por sequías moderadas a excepcionales.

«La navegación fluvial, las tomas de agua urbana, la generación de energía, la fauna íctica, el riesgo de incendios y la modificación de cauces y paisaje son solo algunos de los sectores que ya sienten el impacto de la sequía que afecta gran parte de la región», apuntó el Servicio Meteorológico Nacional. EFE