Redacción CALI
«No vamos a permitir que los vándalos sigan destruyendo la ciudad», se escucha a algunos vecinos de barrios acomodados de Cali, el epicentro de las protestas en Colombia, donde las escenas de civiles armados en las calles por donde pasan manifestantes han hecho saltar todas las alarmas los últimos días.
Efectivamente, en algunas de las zonas donde viven las familias más privilegiadas de la tercera ciudad más importante de Colombia, los vecinos cuentan que hay asambleas para organizar «redes de seguridad civil».
«No vamos a permitir que los vándalos sigan destruyendo nuestro patrimonio», dijo a la agencia de noticias EFE un hombre que prefiere mantener el anonimato y que reveló que entre sus dotaciones hay una subametralladora.
En las unidades residenciales ahora se convoca para la organización de lo que algunos consideran grupos paramilitares, como si se tratara de una reunión para una fiesta infantil. Los aportes son pistolas, revólveres y fusiles. El servicio incluye patrullaje a las calles de las barriadas.
También se conoce de un grupo de WhatsApp llamado «Cali Fuerte», con 150 integrantes que planean «estrategias» para remover los bloqueos en la ciudad.
Colombia vive una de las mayores crisis políticas, después de 14 días de protestas y movilizaciones contra las políticas del Gobierno.