Al menos 38 personas murieron este miércoles (3 de marzo), en Birmania en la jornada más sangrienta por las protestas contra la junta militar, violentamente reprimidas por las fuerzas de seguridad, según la enviada especial de la ONU, Christine Schraner Burgener.
“Hoy fue el día más sangriento desde que ocurrió el golpe”, dijo Schraner Burgener, en una conferencia de prensa para repasar la situación en el país asiático, desde que los militares tomaron el poder el mes pasado.
Schraner Burgener apuntó que los muertos superan ya el medio centenar desde el golpe y que hay multitud de heridos. Además, se hizo eco de numerosos videos que aparentemente muestran a fuerzas de la Policía atacando a equipos médicos o a los agentes usando ametralladoras contra manifestantes.
Además, mencionó que hay unos 1.200 detenidos, de los que en muchos casos los familiares no tienen noticias.
Piden respetar la democracia
Los manifestantes exigen al Ejército, que gobernó el país con puño de hierro de manera ininterrumpida entre 1962 y 2011, que permita la vuelta a la democracia.
La protestas piden que se reconozca los resultados de las elecciones del pasado noviembre, en las que arrasó la Liga Nacional para la Democracia (LND), de la nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, detenida por los militares junto a otros líderes electos.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto abordar este viernes, a puerta cerrada, la situación en Birmania.