El precio del gas enciende la rebelión en Kazajistán

VIOLENCIA. Las autoridades de Kazajistán tratan las protestas como si se tratara de un tema de terrorismo, ante el temor de que la revuelta se extienda.
VIOLENCIA. Las autoridades de Kazajistán tratan las protestas como si se tratara de un tema de terrorismo, ante el temor de que la revuelta se extienda.

El gobierno kazajo reprime con el apoyo de Rusia con el uso de armas de fuego a los manifestantes, que también están armados. Hay víctimas en ambos bandos.

Redacción ALMATY

Las autoridades de Kazajistán reconocieron ayer la muerte de decenas de manifestantes y, al menos, 13 policías a causa de las protestas ocurridas la noche del 5 de enero en la capital, Almaty.

El Ministerio de Salud kazajo también anunció la existencia de miles de heridos, cientos de los cuales se encuentran hospitalizados.

Ese es el balance impreciso aún de los violentos enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes en los que, según fuentes ciudadanas, ambos bandos portaban y hacían uso de armas de fuego. Según versiones, hasta la tarde del jueves se escuchaban ráfagas de ametralladoras en varios puntos de Almaty, por lo que el número de víctimas podría terminar siendo muy alto.

Pero cuál es el origen de las protestas.

El precio del gas, un pretexto

Las protestas comenzaron luego de que las autoridades de la ex nación soviética, rica en petróleo, liberaran los precios del gas licuado de petróleo, que muchas personas usan en sus automóviles, lo que causó un aumento en los precios al consumidor.

La indignación estalló el domingo en una localidad y para el martes la mayoría de las ciudades y pueblos del país veían concentraciones masivas y enfrentamientos con la policía.

Las manifestaciones rápidamente se volvieron violentas cuando la policía utilizó gases lacrimógenos y granadas paralizantes contra una multitud de miles de personas en la ciudad principal y antigua capital de Kazajistán, Almaty.

Tropas formadas por una alianza militar liderada por Rusia han sido enviadas para aplacar la violencia después de que el presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokaev, solicitara ayuda.

Además del precio del gas hay otros motivos políticos para el descontento. Kazajistán es descrito como un país autoritario y la mayoría de las elecciones las gana el partido gobernante con casi el 100% de los votos. No existe oposición política efectiva. En definitiva, lo que buscaría la población sería la democratización de su país.

Tokaev asegura que las protestas son obra de «bandas terroristas» entrenadas en el extranjero. Rusia busca ayudar al gobierno en la «operación antiterrorista» y en «estabilizar» el país. (LAG)