La fiesta se prende en Río de Janeiro tras la bendición del Rey Momo

El Rey Momo, acompañado por la reina de carnaval y la princesa del carnaval, posa con la llave de la ciudad junto al alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes (d). EFE

Este año la fiesta está por el regreso de las comparsas tras dos años de ausencia por la pandemia.

RÍO DE JANEIRO. Música, alegría, color y militancia marcaron el comienzo del Carnaval de Río este 17 de febrero de 2023, con decenas de comparas que inundaron las calles de la ciudad, luego de que el Rey Momo declarara oficialmente abierta la fiesta en Brasil.

Aunque desde hace tres semanas los blocos (comparsas) vienen desfilando por distintos rincones de la «cidade maravilhosa«, solo hasta hoy cariocas y turistas, pueden entregarse de lleno a la rumba en el primero de cinco días ininterrumpidos de jolgorio.

Este año la fiesta está particularmente prendida en Río por el regreso de las comparsas tras dos años de ausencia por la pandemia.

Estas agrupaciones, que se conforman por el amor que se tiene a la fiesta y donde el único objetivo es hacer bailar y cantar a los rumberos hasta que el cuerpo aguante, son consideradas el alma y vida del carnaval.

A diferencia de los majestuosos desfiles del sambódromo, donde las más destacadas «escolas» de samba presentan un espectáculo sin igual por el que el público tiene que pagar, los «blocos» son diversión gratuita y garantizada en cualquier parte de la ciudad.

Monjas sin hábito y militantes

Entre las comparsas que desfilaron por las calles de Río en la tarde este 17 de febrero, el ‘bloco’ de Las Carmelitas se caracterizó por el tono político.

Las muy conocidas y tradicionales «monjitas» dejaron el hábito en casa y vistieron cofias rojas con blanco, para entregarse a las tentaciones del baile en el pintoresco barrio de Santa Teresa, en el centro de la ciudad.

Fue un desfile dedicado al renacimiento y la reconstrucción tras cuatro años de «oscuridad y pandemia», como señaló su fundador Alvanisio Damasceno, al presentar la melodía días atrás.

Sin mencionar el nombre del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), derrotado en las urnas por el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, la samba entonada este año fue una oda a la diversidad, la felicidad y la esperanza.

El rojo de la izquierda progresista fue el color dominante del desfile donde frases como «es tiempo de alegría», «la democracia está de pie», retumbaron sin cesar al ritmo de la batería.

La melodía también recordó los millonarios gastos del exmandatario con la tarjeta corporativa en una panadería, su pasión por la leche condensada y hasta la mermelada por la que Shakira descubrió la traición de Piqué: «Ah, pero todos los días él gastaba 9.000 reales (1.730 dólares) en la panadería ¿Era leche condensada o la mermelada de Shakira?». EFE