Estados Unidos revocará el estatus legal de 500.000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, dándoles 30 días para abandonar el país o enfrentar deportación masiva. La medida, impulsada por el gobierno de Donald Trump, afectará gravemente a miles de familias y comunidades. Podría tener consecuencias para Ecuador. Entérese de por qué.
El gobierno de Donald Trump anunció la revocatoria del estatus legal para 500.000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, dándoles 30 días para abandonar Estados Unidos o enfrentar la deportación. La medida entrará en vigor este lunes y afecta a quienes llegaron bajo un programa humanitario implementado por Joe Biden.
El Departamento de Seguridad Nacional informó que este beneficio migratorio, conocido como CHNV, expirará el 24 de abril. A partir de esa fecha, quienes permanezcan en territorio estadounidense sin haber salido, estarán expuestos a procesos de deportación y posibles traslados a la base militar de Guantánamo o a prisiones en El Salvador, en virtud de un acuerdo bilateral.
El programa, creado en 2022 y ampliado en 2023, permitió a 532.000 migrantes residir y trabajar temporalmente en Estados Unidos con el patrocinio de ciudadanos o residentes legales. La administración Trump argumenta que el plan “ya no representa un beneficio público significativo” y es “incompatible con los objetivos de política exterior” actuales.
Organizaciones como Welcome.US y el Justice Action Center han solicitado a los afectados que busquen asesoría legal urgente, advirtiendo que esta medida causará “caos innecesario y angustia” en miles de familias.
El anuncio refleja la promesa de campaña de Donald Trump de implementar la mayor campaña de deportaciones en la historia del país y frenar la migración latinoamericana.
¿Qué efectos podría tener en países como Ecuador?
La decisión de Estados Unidos podría generar un efecto rebote migratorio en la región.
Países como Ecuador, que ya enfrentan un aumento de migrantes venezolanos y ciudadanos de otras nacionalidades en tránsito, podrían ver crecer la presión sobre sus sistemas de acogida, servicios sociales y economía informal.
Además, el retorno forzado o la deportación de migrantes hacia países de origen inseguros podría incentivar a muchos a buscar nuevas rutas hacia el sur, o incluso llegar a Ecuador como punto de paso o refugio temporal. Esto podría aumentar la demanda de asilo, la necesidad de cooperación internacional y, en algunos casos, provocar tensiones diplomáticas entre países vecinos, al redistribuir la crisis migratoria.
Finalmente, el endurecimiento de las políticas migratorias en EE.UU. podría fortalecer redes de tráfico de personas que busquen capitalizar la desesperación de quienes no tienen a dónde ir, exponiéndolos a riesgos aún mayores. (JS)