JERUSALEN. Palestinos e israelíes se enfrentaron este 29 de mayo de 2022 en la Explanada de las Mezquitas horas antes de una multitudinaria marcha por el Día de Jerusalén, que los israelíes celebran como la «reunificación» de la ciudad pero que los palestinos repudian porque significó hace 55 años la ocupación de su mitad este.
Tras concluir el rezo matinal de los musulmanes en la mezquita de Al Aqsa, un pequeño grupo de palestinos se atrincheró dentro del recinto para lanzar piedras y fuegos artificiales hacia las decenas de judíos que se reunieron alrededor del templo, ubicado en la Explanada de las Mezquitas.
Petardos humeantes fueron lanzados a través de las ventanas de la mezquita mientras las fuerzas policiales israelíes cercaban la zona.
La explanada, donde se ubica la mezquita de Al Aqsa es uno de los tres lugares más sagrados para los musulmanes, y el más sagrado para los judíos, que la denominan Monte del Templo y a cuyos pies se encuentra el Muro de las Lamentaciones, lugar reservado para el culto judío.
La Explanada de las Mezquitas está bajo la custodia de Jordania, aunque los accesos están controlados por Israel, desde que ocupó Jerusalén Este en la Guerra de los Seis Días de 1967.
En virtud del «statu quo» vigente los judíos no pueden acceder a la explanada para rezar, aunque sí pueden hacerlo como visitantes.
Sin embargo, muchos de ellos desafían estas normas, provocando la respuesta -muchas veces violenta- por parte de palestinos y musulmanes.
Decenas de judíos colonos entraron a rezar al recinto con motivo del Día de Jerusalén, incluido el legislador de extrema derecha Itamar Ben Gvir, algo visto por los palestinos como una provocación.
“Subimos esta mañana, Día de Jerusalén, al Monte del Templo. No cederemos ante las amenazas de organizaciones terroristas: ¡somos los dueños en Jerusalén!”, publicó en Twitter Ben Gvir.
Israel conmemora este domingo el Día de Jerusalén, lo que considera la reunificación de la ciudad en 1967, mientras que para los palestinos la consideran el inicio de la ocupación de su territorio.
El tradicional «Desfile de las Banderas» comenzará por la tarde en el oeste de la ciudad, y luego avanzará hacia la simbólica Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja.
Desde allí, se prevé que miles de jóvenes judíos, en su mayoría ultraderechistas, atraviesen las callejuelas de la Ciudadela hasta llegar al Muro de las Lamentaciones, donde culminarán las ceremonias.
En mayo de 2021 esta misma marcha fue el desencadenante de lanzamientos de cohetes desde la Franja de Gaza hacia la Ciudad Santa, que marcarían el comienzo de una escalada bélica de 11 días con un saldo de más de 270 muertos.
En aquella ocasión, el grupo islamista Hamás, que controla de facto Gaza, había amenazado con lanzar cohetes, algo que ha vuelto a hacer en la antesala de este domingo, en caso de que Israel «cruce las líneas rojas», en alusión a posibles nuevos enfrentamientos entre la Policía israelí y fieles palestinos en la Explanada de las Mezquitas, ubicada en la Ciudad Vieja.
Ante posibles episodios violentos durante la marcha, que se caracteriza por los cantos racistas de sus participantes, la Policía ha activado el estado de alerta máxima en la ciudad y desplegado unos 3.000 agentes y varias compañías de reservistas.
El Ejército mantiene preparadas las baterías antiaéreas de la Cúpula de Hierro, sistema defensivo clave que el año pasado interceptó gran parte de cohetes lanzados desde Gaza.
«A medida que nos acercamos al 29 de mayo, hago un llamado a todas las partes para que ejerzan la máxima moderación y tomen decisiones sabias para evitar otro conflicto violento que solo cobrará más vidas», dijo el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland.
«Estoy profundamente preocupado por el ciclo en espiral de violencia que ha cobrado demasiadas vidas palestinas e israelíes en las últimas semanas», agregó, en alusión al repunte de tensión en la zona que comenzó hace ya más de dos meses y que ha dejado ya unos 50 palestinos muertos y 18 personas en Israel. EFE