Castillo asume la Presidencia con la confianza del 34% de peruanos

DIVISIÓN. Para la mayoría de analistas el “antifujimorismo” peruano pesó mucho en la elección de Castillo.
DIVISIÓN. Para la mayoría de analistas el “antifujimorismo” peruano pesó mucho en la elección de Castillo.

El profesor de tendencia izquierdista Pedro Castillo se posesiona hoy como nuevo presidente de Perú.

Redacción LIMA

Pedro Castillo, el inesperado ganador de las elecciones en Perú, asume este 28 de julio la Presidencia de un país dividido. Fragmentado, primero, en lo social y económico. Pero, también, entre la esperanza y la incertidumbre que suscitan la figura de Castillo y sus promesas de cambio, las que incluyen un referéndum para formular una nueva Constitución.

A comienzos de año, este profesor de escuela rural y líder sindical del magisterio era un desconocido para los peruanos y no entraba en las quinielas para ser el nuevo presidente. Pero su cara casi anónima y su programa reformista caló en un país hastiado de su clase política tradicional y desesperado por la Covid-19.

Su asunción presidencial tendrá una fuerte carga simbólica. En el mismo día que Perú conmemora los 200 años de su independencia, por primera vez en la historia del país llega a la jefatura del Estado alguien surgido directamente del campo andino, ajeno por completo a sus élites políticas históricas, muy inquietas ante su irrupción.

En su camino al sillón presidencial ha sido muy enfático en la necesidad de que el Estado tenga mayor intervención en la economía, al considerar que el paradigma del libre mercado ha aumentado las desigualdades entre los más ricos y los más pobres pese al gran crecimiento que ha tenido el país en las últimas décadas.

Entre la esperanza y el miedo

En las calles, los peruanos reciben al profesor Castillo enfrentados entre la esperanza (34%) y la incertidumbre (29%), entre la confianza (16%) y el miedo (15%), como reflejó una reciente encuesta elaborada por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP).

Esos temores tienen nombre propio: Vladimir Cerrón, el líder y fundador del partido Perú Libre, al que Castillo reemplazó como candidato presidencial de la formación política por estar inhabilitado legalmente a postularse debido a una condena por corrupción cuando era gobernador de la región andina de Junín.

Hasta ahora es una incógnita cuánta influencia tendrá dentro del Gobierno de Castillo este médico neurocirujano, formado en Cuba y que actualmente es la cara más conocida de la izquierda radical peruana.

El rechazo que genera Cerrón es tan grande que el 85% de los peruanos no lo quiere ver activamente en torno al Ejecutivo, algo que parece compartir Castillo, cuya actitud es más concertadora y conciliadora que la del presidente de su partido.

Clave en su triunfo fue el «antifujimorismo» y el fuerte rechazo que existe contra su rival, quien participó en el proceso electoral mientras afronta una acusación de más de 30 años de prisión por presunto lavado de dinero en sus anteriores campañas electorales. EFE