La calma vuelve a Israel y Gaza en medio de una tregua

Palestinos celebran la tregua entre Israel y las milicias palestinas, en medio de los escombros de un edificio en la ciudad de Gaza. (Foto: EFE)

Se vive una jornada tranquila tras el alto el fuego bilateral que entró en vigor casi hace 48 horas.

Israel y Gaza viven este 22 de mayo de 2021 su segundo día de calma, tras la tregua de la madrugada del 20 de mayo.

Ambos territorios poco a poco dejan atrás su peor escalada bélica desde 2014, mientras países como Egipto o EE.UU. plantean maneras para reforzar el alto el fuego o abordar la reconstrucción de una franja devastada por los ataques.

La escalada se saldó con la muerte de 248 palestinos y 1.948 heridos en Gaza. En Israel murieron 12 personas y la cifra total de heridos alcanzó los 357.

Durante esta última ofensiva, el Ejército israelí atacó más de 1.600 objetivos militares de Gaza, lo que obligó el desplazamiento de más de 77.000 personas. Como ocurrió tras las guerras de 2008-2009, 2012 y 2014, el paisaje de escombros y el rastro de destrucción impera nuevamente en Gaza.

Según el Ministerio de Vivienda y Obra Pública del enclave, más de 1.800 viviendas fueron destruidas y 17.000 dañadas; 5 torres fueron demolidas y 74 edificios públicos afectados por los ataques aéreos de la aviación israelí.

Las milicias palestinas, por su parte, lanzaron unos 4.400 cohetes hacia Israel. Estos, incluso alcanzaron Jerusalén, Tel Aviv y otros puntos del centro del país.

Con todo, Gaza va volviendo «a cierta apariencia de normalidad, se están limpiando las carreteras de escombros» y se trabaja para reparar instalaciones de agua o líneas de electricidad dañadas, según el último informe de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

Según esta oficina, las infraestructura de agua, saneamiento e higiene «se vio gravemente afectada», con muchos daños sobre «cañerías de aguas residuales, tuberías o pozos».

Además, tres plantas desalinizadoras dejaron de funcionar por la falta de suministro eléctrico, lo que se estima que dejó sin agua potable «a más de 400.000 personas». En total, OCHA calcula que unas 800.000 gazatíes «carecen de acceso regular al agua corriente».

Ante todo, a estas alturas solo se empieza a evaluar la magnitud de los extensos daños causados, una tarea que anticipa un arduo proceso para reconstruir un enclave, que apenas se había recuperado de las guerras y daños previos.

Tregua frágil

La tregua se logró con el respaldo de Jordania, EE.UU. y la ONU, pero Egipto es el principal mediador y el único actor que tiene canales de comunicación abiertos con ambos bandos.

La Unión Europea o EE.UU. no reconocen a Hamás, a quien consideran grupo terrorista, por lo que se prevé que gestionen parte de las iniciativas para reconstruir Gaza con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), pese a su poder inexistente en la franja, donde viven más de 2 millones de palestinos en una situación de crisis humanitaria casi permanente.

También lo deberán hacer con Israel, que bloquea el enclave desde 2007 y controla la entrada y salida de personas y productos.

El Gobierno estadounidense quiere trabajar con la ANP y la ONU «para brindar una asistencia humanitaria rápida y reunir el apoyo internacional para Gaza» y su reconstrucción. (EFE)