El incendio bautizado como ‘Dixie’ ha destruido ya más de 100 mil hectáreas y obligó a la evacuación del poblado de Greenville, de unos 1.000 habitantes.
SAN FRANCISCO. El avance de las llamas durante las últimas horas en el mayor de los incendios activos en California (EE.UU.) obligó este 3 de agosto a evacuar un pueblo entero de más de 1.000 habitantes, según una orden emitida por la oficina del sheriff del condado de Plumas.
El incendio, bautizado como «Dixie» por las autoridades, ya lleva arrasadas más de 100.000 hectáreas y ha forzado el desalojo de todos los vecinos de Greenville, en la ladera de la Sierra Nevada, en el noreste californiano.
El incendio, el undécimo mayor jamás registrado en la historia del estado, se declaró el pasado 14 de julio y los más de 5.000 efectivos que trabajan en él solo lo han podido contener en un 35%, informó el Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire).
Aunque la investigación sobre la causa del incendio todavía sigue abierta, la principal hipótesis con la que se trabaja es la de un fallo en la red eléctrica.
De acuerdo con la documentación entregada a la Comisión Pública de Suministros de California, un operario de PG&E se encontraba reparando un incidente en una línea eléctrica en la región cuando observó cómo los fusibles en mal estado en lo alto de una torre habían iniciado un fuego en el sotobosque.
PG&E (como se conoce popularmente a Pacific Gas & Electric) es la mayor empresa proveedora de electricidad en EE.UU. y suministra energía a prácticamente la totalidad de la población del centro y el norte de California.
El fuego trae los peores recuerdos a los vecinos de la cercana Paradise, una ciudad que fue arrasada en 2018 por el incendio más mortífero de la historia de California, en el que murieron 85 personas y que también se inició por un fallo en una línea de PG&E.
Las altas temperaturas de estos días disparan la demanda de energía eléctrica (en gran medida por el uso de aires acondicionados), lo que aumenta la presión sobre la red y, combinadas con la extrema sequedad del terreno, generan un escenario muy propicio para el fuego.
Fuera de California, en el vecino estado de Oregón, sigue activo el que actualmente es el mayor de todos los incendios de EE.UU., el conocido como «Bootleg», que fue declarado tras la caída de un rayo el pasado 6 de julio en la zona boscosa de Winema-Fremont.
Las llamas ya han calcinado más de 167.000 hectáreas, pero los bomberos han logrado importantes avances en las últimas jornadas y lo tienen contenido en un 84%. EFE
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