Argentina recuerda 45 años de la ‘noche de los lápices’

Emile Mocer, sobreviviente de la ‘noche de los lápices’, aparece junto a Adelina Rizzo, una de las Madres de Plaza de Mayo, en una manifestación.
Emile Mocer, sobreviviente de la ‘noche de los lápices’, aparece junto a Adelina Rizzo, una de las Madres de Plaza de Mayo, en una manifestación.

Escuadrones del Ejército argentino secuestraron a una decena de estudiantes de secundaria a los que consideraban politizados. Solo cuatro sobrevivieron.

Redacción BUENOS AIRES

Se cumplen 45 años de uno de los episodios más simbólicos del terror sembrado por la última dictadura argentina (1976-1983). Durante la «noche de los lápices», el régimen secuestró y torturó a una decena de alumnos de secundaria, de los que solo cuatro sobrevivieron; entre ellos Emilce Moler.

«Hombres fuertemente armados entraron a mi domicilio encapuchados notificándose como del Ejército argentino. Golpeando las puertas, encañonaron a mi padre y encañonaron a mi madre. Buscaban una estudiante de bellas artes. No sabían ni mi nombre, sabían que venían a buscar una estudiante de 17 años», relata esta doctora en bioingeniería, hoy de 62 años.

Principalmente en la noche del 16 de septiembre de 1976, en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, la dictadura, que ya venía secuestrando a personas desde el golpe de Estado de marzo, ordenó una serie de detenciones de adolescentes con militancia política, entre cuyos reclamos había estado el otorgamiento del billete de autobús con descuento estudiantil.

Aquella madrugada en que fue secuestrada comenzó el calvario para Emilce, entonces miembro de la peronista Unión de Estudiantes Secundarios: primero fue llevada, como los demás, a uno de los centros clandestinos de tortura del régimen: «donde uno pierde toda la condición humana», subraya.

«Una semana después de estar ahí, nos suben a todos en un camión, y a todos los que estábamos en ese centro, que éramos muchos. El camión en un momento para y empiezan a leer una serie de nombres, y entre ellos están los seis chicos que hoy están desaparecidos, y nosotros seguimos. (…) Yo pensaba que en cualquier momento iban a venir. Ahí se jugaron los destinos. Ahora, ¿por qué? Yo sé que ellos no hicieron nada para no estar, como yo no hice nada para vivir», señala.

Salvo cuatro, el resto de estudiantes detenidos no sobrevivió.

Tras pasar por el segundo centro clandestino, Emilce fue llevada a una comisaría y de ahí, en 1977, a una cárcel común, donde estuvo hasta que en 1978 recibió la libertad vigilada, que no fue total hasta el año siguiente.
Hoy recuerda los hechos, sin amargura. EFE