Las afganas temen por su suerte tras el retiro de EE.UU. y el avance talibán

RETROCESO. Fakhira Momtaz, quien dirige un club de yoga en Kabul, teme que los talibanes eviten que su negocio opere.
RETROCESO. Fakhira Momtaz, quien dirige un club de yoga en Kabul, teme que los talibanes eviten que su negocio opere.

Las mujeres afganas temen que un eventual regreso del régimen talibán elimine los derechos que han ganado en dos décadas.

Redacción KABUL

Las mujeres de Afganistán, que en los últimos años han conseguido progresos en materia de derechos tras la caída del régimen talibán hace dos décadas, temen ahora la llegada de otra era de oscuridad por el rápido avance insurgente.

«Si los talibanes llegan al poder con su mentalidad extremista, será realmente una gran vergüenza, una gran broma y una gran tragedia; no solo para los afganos, sino para el mundo», dijo a EFE la emprendedora Fakhria Momtaz, de 44 años, quien dirige un club de yoga para mujeres en Kabul.

Se avanzó en derechos

Con la expulsión de los talibanes en 2001 tras la invasión estadounidense, las mujeres dejaron atrás un periodo en el que se les negó la educación y su labor quedaba relegada a tareas domésticas; esto sin importar su formación o sus empleos previos.

Actualmente, 3,5 millones de niñas asisten a la escuela, más del 25% de los miembros del Parlamento son mujeres, así como casi el 30% de las empleadas en las instituciones de la administración pública; algunas de ellas, incluso, ocupan cargos de alto nivel como ministras y embajadoras de las principales misiones extranjeras.

Pero tras el inicio de la fase final de la retirada de las tropas extranjeras el pasado 1 de mayo, que tiene previsto concluir a finales de agosto, los talibanes han conquistado nuevos distritos a un ritmo sin precedentes; algo que ha despertado el miedo a la pérdida de derechos, sobre todo entre las mujeres.

«Las afganas han recorrido un largo camino. Tenemos nuestras ideas, estrategias y soluciones. No queremos que los involucrados en atrocidades (…) recuperen el poder y tomen decisiones por nosotras», aseguró en Twitter la activista Samira Hamidi.

Temor por el retroceso

La joven artista Zahra Abdullahi piensa también que «después de tomar Kabul, los talibanes ya no nos permitirán como mujeres continuar con nuestra vida normal. Obstaculizarán el progreso de las mujeres. Una vez más, quedaremos encarceladas en nuestras casas».

De hecho, en las áreas que han capturado recientemente, los insurgentes ya han restringido los derechos y libertades sociales de mujeres y niñas, según varios funcionarios afganos y civiles de esas zonas.

Las mujeres afganas se han visto privadas de trabajar y asistir a la escuela y en algunas áreas se les instruye para que usen el hiyab, que deja solo el rostro al descubierto, y no salgan de casa sin la compañía de un hombre.

Pero como las mujeres de hoy no son las mismas que las de hace dos décadas, si los talibanes vuelven al poder, un gran número de jóvenes y mujeres educadas se verán obligadas a abandonar el país, advirtió Momtaz.

«Seré una de las que se marchará», confesó, ya que «con las manos atadas, no podré servir, ser eficaz y luchar por los derechos de las mujeres en Afganistán». EFE