La cárcel de Babahoyo fue diseñada para acoger a 117. Actualmente existen alrededor de 290.
Redacción Quevedo
BABAHOYO. Haciendo vigilia en los exteriores de la cárcel de Babahoyo, se encontraba Julieta Barroso, al igual que ciento de madres de familia, esposas e hijos preocupados por la seguridad de sus internos.
Julieta tiene a su nieto en este Centro de Reclusión, aproximadamente un año, asegura que hasta ahora no le ha sucedido nada, pero con el traslado de los 30 PPL que llegaron desde Guayaquil, teme por la vida de su familiar, y que pueda ocurrir algo similar a lo acontecido en otras cárceles del país.
«Con estas personas que han entrado, tenemos miedo de alguna matanza, como se vio en el Facebook y las noticias sobre lo que pasaba en otras cárceles. No sólo eso aquí existe corrupción, por todo hay que pagar, si pasamos una agua hay que pagar», aseguró Barroso.
Carta abierta
El alcalde Carlos German, a través de un comunicado expresó a las autoridades provinciales y carcelarias del país, que este reclusorio no estaba en condiciones de recibir a más detenidos, debido al hacinamiento que presenta, sin embargo, el pasado jueves en horas de la noche llegaron alrededor de 30 PPL, trasladados desde la Regional de la ciudad de Guayaquil.
German, también colgó en sus redes sociales una carta abierta en la cual mostraba su rechazo ante lo acontecido y pedía al Ministro de Gobierno que se rectifique esta medida tomada.
Molestias
El arribo de los reos alteró los ánimos de familiares de los internos, quienes pedían una explicación a las autoridades. «Lo que queremos es que se lleven a estos presos, los nuestros están tranquilos, aquí ya hay mucha gente, pedimos de favor que nos escuchen», sostuvo Mercedes Castillo, madre de un interno.
De su lado, el coronel Xavier Naranjo informó que los PPL que llegaron a Babahoyo no son de alta peligrosidad, pese a esto, también recomendó no traer más detenidos debido a que esta cárcel está totalmente llena.
Extraoficialmente, familiares de los internos han dado a conocer que algunos reos temen ser asesinados o ser trasladados a otras ciudades debido a la falta de espacios.