Celebraciones patrias

Para honrar al 9 de Octubre de 1820 y a Guayaquil, la Academia Nacional de Historia llevó a cabo un acto solemne, con el cual se dio comienzo a las conmemoraciones referentes al Bicentenario de la Independencia, en su segunda fase, que se inició en la fecha indicada y concluyó en 1822, con el triunfo en Pichincha.

Además, la emblemática entidad puso en circulación el primer tomo, de los doce que integran la Biblioteca de la Independencia que está editándose, en convenio con la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

Quien conoce la Historia y la interpreta sin prejuicios ni sesgos, sabe que la independencia del actual Ecuador debe ser ubicada en dos fases: la primicial, que refulgió el 10 de Agosto de 1809 y que convirtió a Quito en Luz de América y la del 9 de Octubre de 1820, igualmente de esplendor.

Camilo Destruge, notable historiador, Director de la Biblioteca Municipal de la Perla del Pacífico, entre numerosos intelectuales guayaquileños de prestigio, admiró a nuestra capital como pionera de la libertad; asimismo a Guayaquil que, en la fecha mencionada, escribió una de las páginas más gloriosas que merecen admiración y gratitud. En esta secuencia, se efectuaron aquellos hechos heroicos, dignos de la memoria colectiva.

El criollismo produjo el sacudimiento del tutelaje español. El afán de liberarse tuvo éxito aunque costó, no pocas veces, sangre e incontables víctimas. El decisivo aporte de Simón Bolívar y de los demás próceres debe ser honrado siempre en su real significado.

Con las celebraciones patrias, la conciencia de nación, el orgullo de pertenencia, ese principio espiritual o alma que la cohesiona, adquieren fortaleza para enfrentar, con motivación cívica, los avatares que siembran frustraciones en nuestro medio.