Bandoleros con sordera

Una propuesta populista burda, desde el correísmo, nos introdujo a la dinámica noble de interactuar e incluir a las personas con alguna deficiencia física, intelectual o sensorial en la producción y trabajo; pero, a través de mecanismos enredados como para desatar el pillaje: un sistema de enriquecimiento ilegal, la evasión brutal de impuestos y el contrabando. Una serie de políticas adaptadas bajo el supuesto de garantizar derechos y cambiar prohibiciones en relación al grupo más vulnerable por su diversidad funcional o discapacidad sensorial, cognitiva, mental, o de enfermedades crónicas. Hecho que, incluso, nos condujo a tener el primer presidente del país en una silla de ruedas.

Lo paradójico: la verdad del registro histórico. Nunca imaginado que en la mayor emergencia y crisis de salubridad se confirme la acumulación más despiadada de riquezas ilegales de políticos impostores, tramitadores, abogados, médicos y hasta futbolistas, que lucraron con carnets de discapacidad falsos y alterados. Supuestos cojos, ciegos y sordos en el rol de parlamentarios indolentes que hacían leyes cantinflescas para desfalcar a sus anchas; con inescrupulosos que hacían de evaluadores para fabricar carnets espurios a base de burlarse de la condición física. Un Ministerio de Salud y Muerte adaptado a dar el importe de vehículos lujosos, evadir aranceles y extender beneficios e indemnizaciones laborales fraudulentas. Escándalo despiadado e inhumano.

Así, el país continúa en la acumulación de suites, autos finos y hasta obras de arte, por efecto de la profusa e interminable ola de corrupción a la espera de sempiternas sentencias judiciales. Patrón de impunidad y desidia como en la red mafiosa de Daniel Salcedo, sus secuaces, y la élite política tejida en hospitales públicos; con el sobre precio en bolsas de cadáveres y mascarillas; y, la transacción soez de bienes raíces de gente enriquecida a costa de muertos, enfermos y moribundos. Ceguera a falta de una Ley de Extinción de Dominio y gigantescos patrimonios privados injustificados.

Otra vergüenza absoluta que EE.UU. retire visas de unos 300 mafiosos mientras el engaño del crimen organizado continúa. Tan cotidiano e inverosímil como para dejar en abandono a la salud de Quito; hoy en manos de una universidad quebrada con incumplimiento millonario y cinismo ante la seguridad social. Con pruebas Covid-19 amañadas e incompetentes funcionales que dicen controlar lo epidemiológico cuando los funerales se cuadriplican. Comedia de bandoleros con sordera pero no idiotas.

[email protected]

@kleber_mantilla