La corona que llevan unos

Al parecer, el Ecuador vive un ‘contagio selectivo’, frente al cual es perfectamente aceptable la aglomeración de unos, pero absolutamente condenable la de otros.

Resulta aceptable para los COE y demás sabios sanitarios, que el municipio de Quito auspicie la convocatoria de más de 300 personas frente a la Fiscalía para ovacionar al alcalde, Jorge Yunda.

Es aceptable, para la misma autoridad municipal, que solo en dos de los 47 mercados que operan en Quito se hayan realizado pruebas PCR para verificar el nivel de contagio entre los comerciantes.

Así las cosas, y siendo que es permitido autoconvocarse para un mitin político, así como operar en ambientes cerrados en el expendio de alimentos, nos preguntamos con qué autoridad moral el mismo municipio sanciona a familias y vecinos que se reúnen un domingo a celebrar el día del Padre.

Otro ejemplo viene con el rito fúnebre. Durante meses, las familias ecuatorianas que perdieron a un ser querido por el motivo que fuere, tuvieron que despedirse en silencio y soledad. Prohibidos los velorios y las ceremonias religiosas de duelo, los entierros fueron escuetos.

No obstante, una aglomeración de hinchas y seguidores políticos reunidos para despedir a Carlos Luis Morales no recibe crítica alguna.

¿Es que el entierro de una ‘celebridad’ merece más acompañamiento que el de cualquier otro mortal?

Como siempre, se demuestra que las normas solo aplican para los de a pie.

El tonto tiene una gran ventaja sobre el hombre de espíritu: está siempre contento de sí mismo.

Napoleón Bonaparte (1769-1821) Militar y emperador francés

Miedo a la muerte? Uno debe temerle a la vida, no a la muerte.

Marlene Dietrich (1901-1992) Actriz y cantante alemana.