Identificarla, prevenirla y erradicarla

Varias universidades, organizaciones del sector privado e instituciones públicas, con el auspicio provino de la Embajada de Canadá, acaban de constituir un Centro Ecuatoriano de Excelencia Anticorrupción, que busca generar una cultura de transparencia, ética y de rendición de cuentas. Se quiere, desde la academia, sugerir formas de comportamiento institucional y normas fiables para el combate a la corrupción.

Fórmulas adecuadas a nuestra realidad para develar la corrupción y las prebendas, las falsedades y los engaños sistemáticos podrían sugerirse por este nuevo centro. Pero la mejor contribución estaría en ir a la raíz de los problemas y modus operandi anclados en nuestra sociedad, que en estos aspectos nos afectan a todos y que pudieran convertirse en una pesada hipoteca que deberán pagar nuestros hijos y nietos.

“Canadá está comprometido en contribuir a fomentar una cultura de honestidad, tanto dentro de casa como internacionalmente”, dijo la embajadora Sylvie Bedard, durante la suscripción del acuerdo. La existencia de una institución de este tipo es plausible por lo necesaria, pero la tarea de promover una “cultura de honestidad”, ¿acaso no es un pilar dentro de cualquier nivel del sistema educativo?

Se afirma que el Centro estudiará a profundidad el fenómeno de la corrupción, y creará una cultura de transparencia en la sociedad. Se da por descontado la excelencia profesional y solvencia ética de quienes lo integren y la rapidez con la que el Centro deberá comenzar su labor. Que no solo sea fuente de información y propiciador de debates, sino un arsenal eficaz para que identifiquemos la corrupción, logremos prevenirla y erradicarla.


La lucha contra la angustia solo produce nuevas formas de angustia”. Simone Weil Filósofa y política francesa (1909-1943)No se pueden alimentar hambrientos con estadísticas”. David Lloyd George Político británico (1863-1945)