Ecuador: a un mes del diálogo impera la incertidumbre

Un mes ha pasado desde que el país se paralizó durante 11 días como respuesta de los movimientos indígenas, trabajadores y transportistas al Decreto 883 en el que, entre otras cosas, se eliminaba el subsidio a la gasolina extra, ecopaís y diésel.

Tras 10 días de enfrentamientos, saqueos y altas muestras de violencia, el 12 de octubre la capital amaneció con calles bloqueadas en todos los sectores. Aquel día, el ambiente en el parque El Arbolito (zona cero) se enardeció y el punto de dilatación fue cuando un grupo de personas ingresó a la Contraloría General y la incendió.

El Gobierno decretó el toque de queda a escala nacional, mientras que los representantes de la Conaie informaron su disposición para sentarse a dialogar con el Ejecutivo.

Expectativa en el día 13

La mañana del 13 de octubre, la expectativa ciudadana estaba en el diálogo que, pasadas las 17:00, fue transmitido por televisión. Las conclusiones a la que llegaron fue la eliminación del Decreto 883, con el compromiso de elaborar un nuevo paquete de reformas económicas; mismo que, hasta el momento no ha sido definido.

Aunque las bombas lacrimógenas y piedras dejaron de volar por los aires, la tensión social es evidente, la incertidumbre de si podía existir otro levantamiento, los enfrentamientos ideológicos, el colapso de las redes sociales y las pérdidas económicas no han permitido superar una de las jornadas más violentas que ha enfrentado en el país en este siglo. (AVV)

Conclusiones

1. La violencia dejó huella.
Sybel Martínez, presidenta del Consejo de Protección de Derechos, opina que “estamos polarizados todavía. La violencia con la que se manejaron las protestas y la represión ha dejado su huella y pienso que necesitamos obligadamente encontrar puntos de confluencia”. Para ella es importante bajar el nivel de tensión que persiste, pese a la finalización de los enfrentamientos. “Hay sesgos de un lado y lado”, concluye.

2. Gran influencia económica.
Para Alexis Oviedo, analista político, es imposible hablar de la dinámica social sin hablar del aspecto económico. “La jornada de paro deja pérdidas de casi 3 mil millones de dólares, es increíble y eso sin duda genera toda una debacle en la sociedad como tal”. Añade que la jornada de los 11 días sacó “las heridas profundas de la sociedad (…) ese racismo por parte de los mestizos a los indígenas”.

3. Fractura social.
La “gran lección” del paro nacional es que deja una fractura social, opina el defensor del pueblo, Freddy Carrión. Los discursos de odio manifestados por los diferentes ‘frentes’ provocaron “una sociedad completamente dividida (…). “Aún no hemos encontrado la unidad que permita discutir, sobre la base de un diálogo, los grandes problemas que atraviesa el país”.

4. Falta de certezas.
El sociólogo Milton Calderón señala que los problemas posteriores al paro nacional se deben a distintos conceptos de diálogo que tiene el Estado y el Movimiento Indígena. Lo que hace que la sociedad lo perciba como “un tema no real, como algo que está ahí creando acuerdos positivos o acuerdos reales para la población”. Destaca que eso provoca que muchas esferas sociales sientan incertidumbre sobre las políticas respecto a los subsidios y las otras que están en debate.

Un mes ha pasado desde que el país se paralizó durante 11 días como respuesta de los movimientos indígenas, trabajadores y transportistas al Decreto 883 en el que, entre otras cosas, se eliminaba el subsidio a la gasolina extra, ecopaís y diésel.

Tras 10 días de enfrentamientos, saqueos y altas muestras de violencia, el 12 de octubre la capital amaneció con calles bloqueadas en todos los sectores. Aquel día, el ambiente en el parque El Arbolito (zona cero) se enardeció y el punto de dilatación fue cuando un grupo de personas ingresó a la Contraloría General y la incendió.

El Gobierno decretó el toque de queda a escala nacional, mientras que los representantes de la Conaie informaron su disposición para sentarse a dialogar con el Ejecutivo.

Expectativa en el día 13

La mañana del 13 de octubre, la expectativa ciudadana estaba en el diálogo que, pasadas las 17:00, fue transmitido por televisión. Las conclusiones a la que llegaron fue la eliminación del Decreto 883, con el compromiso de elaborar un nuevo paquete de reformas económicas; mismo que, hasta el momento no ha sido definido.

Aunque las bombas lacrimógenas y piedras dejaron de volar por los aires, la tensión social es evidente, la incertidumbre de si podía existir otro levantamiento, los enfrentamientos ideológicos, el colapso de las redes sociales y las pérdidas económicas no han permitido superar una de las jornadas más violentas que ha enfrentado en el país en este siglo. (AVV)

Conclusiones

1. La violencia dejó huella.
Sybel Martínez, presidenta del Consejo de Protección de Derechos, opina que “estamos polarizados todavía. La violencia con la que se manejaron las protestas y la represión ha dejado su huella y pienso que necesitamos obligadamente encontrar puntos de confluencia”. Para ella es importante bajar el nivel de tensión que persiste, pese a la finalización de los enfrentamientos. “Hay sesgos de un lado y lado”, concluye.

2. Gran influencia económica.
Para Alexis Oviedo, analista político, es imposible hablar de la dinámica social sin hablar del aspecto económico. “La jornada de paro deja pérdidas de casi 3 mil millones de dólares, es increíble y eso sin duda genera toda una debacle en la sociedad como tal”. Añade que la jornada de los 11 días sacó “las heridas profundas de la sociedad (…) ese racismo por parte de los mestizos a los indígenas”.

3. Fractura social.
La “gran lección” del paro nacional es que deja una fractura social, opina el defensor del pueblo, Freddy Carrión. Los discursos de odio manifestados por los diferentes ‘frentes’ provocaron “una sociedad completamente dividida (…). “Aún no hemos encontrado la unidad que permita discutir, sobre la base de un diálogo, los grandes problemas que atraviesa el país”.

4. Falta de certezas.
El sociólogo Milton Calderón señala que los problemas posteriores al paro nacional se deben a distintos conceptos de diálogo que tiene el Estado y el Movimiento Indígena. Lo que hace que la sociedad lo perciba como “un tema no real, como algo que está ahí creando acuerdos positivos o acuerdos reales para la población”. Destaca que eso provoca que muchas esferas sociales sientan incertidumbre sobre las políticas respecto a los subsidios y las otras que están en debate.

Un mes ha pasado desde que el país se paralizó durante 11 días como respuesta de los movimientos indígenas, trabajadores y transportistas al Decreto 883 en el que, entre otras cosas, se eliminaba el subsidio a la gasolina extra, ecopaís y diésel.

Tras 10 días de enfrentamientos, saqueos y altas muestras de violencia, el 12 de octubre la capital amaneció con calles bloqueadas en todos los sectores. Aquel día, el ambiente en el parque El Arbolito (zona cero) se enardeció y el punto de dilatación fue cuando un grupo de personas ingresó a la Contraloría General y la incendió.

El Gobierno decretó el toque de queda a escala nacional, mientras que los representantes de la Conaie informaron su disposición para sentarse a dialogar con el Ejecutivo.

Expectativa en el día 13

La mañana del 13 de octubre, la expectativa ciudadana estaba en el diálogo que, pasadas las 17:00, fue transmitido por televisión. Las conclusiones a la que llegaron fue la eliminación del Decreto 883, con el compromiso de elaborar un nuevo paquete de reformas económicas; mismo que, hasta el momento no ha sido definido.

Aunque las bombas lacrimógenas y piedras dejaron de volar por los aires, la tensión social es evidente, la incertidumbre de si podía existir otro levantamiento, los enfrentamientos ideológicos, el colapso de las redes sociales y las pérdidas económicas no han permitido superar una de las jornadas más violentas que ha enfrentado en el país en este siglo. (AVV)

Conclusiones

1. La violencia dejó huella.
Sybel Martínez, presidenta del Consejo de Protección de Derechos, opina que “estamos polarizados todavía. La violencia con la que se manejaron las protestas y la represión ha dejado su huella y pienso que necesitamos obligadamente encontrar puntos de confluencia”. Para ella es importante bajar el nivel de tensión que persiste, pese a la finalización de los enfrentamientos. “Hay sesgos de un lado y lado”, concluye.

2. Gran influencia económica.
Para Alexis Oviedo, analista político, es imposible hablar de la dinámica social sin hablar del aspecto económico. “La jornada de paro deja pérdidas de casi 3 mil millones de dólares, es increíble y eso sin duda genera toda una debacle en la sociedad como tal”. Añade que la jornada de los 11 días sacó “las heridas profundas de la sociedad (…) ese racismo por parte de los mestizos a los indígenas”.

3. Fractura social.
La “gran lección” del paro nacional es que deja una fractura social, opina el defensor del pueblo, Freddy Carrión. Los discursos de odio manifestados por los diferentes ‘frentes’ provocaron “una sociedad completamente dividida (…). “Aún no hemos encontrado la unidad que permita discutir, sobre la base de un diálogo, los grandes problemas que atraviesa el país”.

4. Falta de certezas.
El sociólogo Milton Calderón señala que los problemas posteriores al paro nacional se deben a distintos conceptos de diálogo que tiene el Estado y el Movimiento Indígena. Lo que hace que la sociedad lo perciba como “un tema no real, como algo que está ahí creando acuerdos positivos o acuerdos reales para la población”. Destaca que eso provoca que muchas esferas sociales sientan incertidumbre sobre las políticas respecto a los subsidios y las otras que están en debate.

Un mes ha pasado desde que el país se paralizó durante 11 días como respuesta de los movimientos indígenas, trabajadores y transportistas al Decreto 883 en el que, entre otras cosas, se eliminaba el subsidio a la gasolina extra, ecopaís y diésel.

Tras 10 días de enfrentamientos, saqueos y altas muestras de violencia, el 12 de octubre la capital amaneció con calles bloqueadas en todos los sectores. Aquel día, el ambiente en el parque El Arbolito (zona cero) se enardeció y el punto de dilatación fue cuando un grupo de personas ingresó a la Contraloría General y la incendió.

El Gobierno decretó el toque de queda a escala nacional, mientras que los representantes de la Conaie informaron su disposición para sentarse a dialogar con el Ejecutivo.

Expectativa en el día 13

La mañana del 13 de octubre, la expectativa ciudadana estaba en el diálogo que, pasadas las 17:00, fue transmitido por televisión. Las conclusiones a la que llegaron fue la eliminación del Decreto 883, con el compromiso de elaborar un nuevo paquete de reformas económicas; mismo que, hasta el momento no ha sido definido.

Aunque las bombas lacrimógenas y piedras dejaron de volar por los aires, la tensión social es evidente, la incertidumbre de si podía existir otro levantamiento, los enfrentamientos ideológicos, el colapso de las redes sociales y las pérdidas económicas no han permitido superar una de las jornadas más violentas que ha enfrentado en el país en este siglo. (AVV)

Conclusiones

1. La violencia dejó huella.
Sybel Martínez, presidenta del Consejo de Protección de Derechos, opina que “estamos polarizados todavía. La violencia con la que se manejaron las protestas y la represión ha dejado su huella y pienso que necesitamos obligadamente encontrar puntos de confluencia”. Para ella es importante bajar el nivel de tensión que persiste, pese a la finalización de los enfrentamientos. “Hay sesgos de un lado y lado”, concluye.

2. Gran influencia económica.
Para Alexis Oviedo, analista político, es imposible hablar de la dinámica social sin hablar del aspecto económico. “La jornada de paro deja pérdidas de casi 3 mil millones de dólares, es increíble y eso sin duda genera toda una debacle en la sociedad como tal”. Añade que la jornada de los 11 días sacó “las heridas profundas de la sociedad (…) ese racismo por parte de los mestizos a los indígenas”.

3. Fractura social.
La “gran lección” del paro nacional es que deja una fractura social, opina el defensor del pueblo, Freddy Carrión. Los discursos de odio manifestados por los diferentes ‘frentes’ provocaron “una sociedad completamente dividida (…). “Aún no hemos encontrado la unidad que permita discutir, sobre la base de un diálogo, los grandes problemas que atraviesa el país”.

4. Falta de certezas.
El sociólogo Milton Calderón señala que los problemas posteriores al paro nacional se deben a distintos conceptos de diálogo que tiene el Estado y el Movimiento Indígena. Lo que hace que la sociedad lo perciba como “un tema no real, como algo que está ahí creando acuerdos positivos o acuerdos reales para la población”. Destaca que eso provoca que muchas esferas sociales sientan incertidumbre sobre las políticas respecto a los subsidios y las otras que están en debate.