Julian Assange

Estados Unidos —que proclama ante el mundo el respeto a los derechos humanos, a la libertad de expresión, pensamiento e información— persigue con crueldad, saña y prepotencia imperial al periodista Julián Assange porque publicó en Wikileaks, miles de documentos clasificados sobre crímenes de guerra, lesa humanidad, violaciones de derechos humanos, torturas y ejecuciones sumarias cometidas por las fuerzas armadas imperiales en Irak y Afganistán.

El gran responsable de la actual situación que pone en peligro la vida de Julián Assange, es el expresidente Lenín Moreno, quien ya sea por petición de Estados Unidos o por su ciega obediencia al dictado de la Casa Blanca— le retiró el asilo diplomático y permitió que la policía británica ingresara a la embajada del Ecuador en Londres y lo capturara. Assange tenía nacionalidad ecuatoriana, que fue revocada por decisión del Tribunal Contencioso Administrativo de Pichincha.

Desde todo el mundo se solicita la libertad inmediata de Julián Assange, lo que evitaría la extradición a Estados Unidos, en donde sería encarcelado hasta por 175 años en extremas condiciones de inhumanidad, sin siquiera considerar el calamitoso estado de salud que incluye un derrame cerebral ocurrido en el pasado mes de octubre. Además, su extradición tendría graves consecuencias para el periodismo en todos los países.

Assange fue arrestado en abril de 2019 cuando las autoridades británicas ingresaron a la Embajada de Ecuador, donde había pasado siete años, y lo detuvieron con una orden de extradición de Estados Unidos. Nadie duda del poder imperial que llegó a los jueces británicos —que decidieron extraditarlo con total violación a sus derechos— que, en la propaganda, gritan que derechos humanos y libertades son inviolables.