Un adiós al ritmo del ‘Papi Chulo’

Sus familiares y amigos decidieron dejar el luto a un lado y despedirlo con un baile.

Quevedo. Eran las 10:30 de ayer y en la esquina de la avenida Camilo Arévalo y la M de la parroquia San Camilo se vivía una verdadera fiesta.

Los platos con bocaditos se pasaban de mano en mano. Colas, aguas, cervezas y hasta ‘currincho’ (trago preparado) eran repartidos con total algarabía.

“¡Que viva el ‘Oso Yogui!, Nunca te olvidaremos. Eras un man a lo bien”. Se escuchaba en medio del escándalo producido por el alto volumen de una caja parlante donde sonaba la música ‘Papi Chulo’, un reguetón que se popularizó en el 2003.

Un grupo de mujeres movían sus caderas bajo la mirada atenta del resto presente, que lejos de repudiar la acción, preferían corear la música.

Se vivía un ambiente festivo que contrastaba con los abrazos y frases de condolencias que los asistentes le daban a Bélgica Mora, la viuda de Óscar Ventura, quien fue asesinado al atardecer del lunes.

Ventura era conocido popularmente como ‘Oso Yogui’. Recibió tres tiros por parte dos motorizados. Su asesinato se registró el martes en el mismo lugar donde fue velado.

La barriada lo recuerda como un hombre alegre, dinámico y feliz, por ese motivo no podían dejarlo partir sin hacerle su ‘fiestita’

El olor de la marihuana y la base de cocaína envolvían el lugar y daban el recibimiento de los amigos quienes miraban escépticos la escena y se persignaban al ingresar a la vivienda.

En el costado derecho, de un estrecho pasillo de su casa, fue colocado el féretro. La caja siempre permaneció abierta y quienes se acercaban para despedirlo aseguraban que parecía que estaba dormido.

Al pie de ella, estaban dos de sus mejores amigos tomando cerveza, como custodiándolo. Aunque prefirieron no identificarse, dijeron en medio de los tragos que “se va el mejor de todos”.

Al lado del féretro fue colocada una mesa con una fotografía del rostro de Ventura. Allí se levantó una pequeña capilla ardiente donde varias velas de color blanco iluminaban el lugar. Todo esto mientras el reguetón antiguo seguía sonando.

Visiblemente consternada, la viuda de Ventura, dijo que este era un homenaje para el amor de su vida. “No lo podíamos despedir de manera trágica porque él era un hombre feliz. Se merecía ser despedido de esta manera”, dijo en medio de una sonrisa.

De a poco los exteriores de la vivienda se fue llenando de visitantes. Nadie se quería perder la última despedía del ‘Oso Yogui’ en medio del llamativo ritual.

Pero como la felicidad no dura para siempre, a las 14:00 su cuerpo tuvo que ser sacado de su vivienda para llevarlo en medio de una caravana motorizada hasta el Cementerio General, donde fue enterrado con el rugido de los motores de decenas de sus amigos, música y algarabía. (MZA)