Los buenos somos más

Rosalía Arteaga Serrano

Estoy convencida de la veracidad de la frase con la que título este artículo, frase que la oímos repetitivamente en los labios de una mujer luchadora por antonomasia, que se ha crecido en la adversidad, que demuestra un liderazgo auténtico, de Lilian Tintori, la esposa de Leopoldo López, el líder venezolano encarcelado por su lucha por restablecer la democracia en Venezuela.

Lillian Tintori empezó su lucha por su esposo y por sus hijos sabiendo que ello implicaba también el hacerlo por la libertad de su país, un país al que ha demostrado amar apasionadamente, sin descanso, sin claudicaciones.

Su liderazgo y su perseverancia han conmovido a muchos, tanto dentro como fuera de su país, a todos los sectores sociales, a todos quienes sienten que lo que ocurre en Venezuela, en la tierra de Bolívar y de Sucre, es intolerable. Lo que están sufriendo sus habitantes, masacrados por una dictadura inicua, hambreados por quienes se han enriquecido a costilla del pueblo al que dicen defender, rebasa todos los límites, hace que muchos dejen de lado la comodidad de mantenerse al margen para sumarse a esta causa justa.

Venezuela no quiere caer en la trampa que le tiende el dictador, Venezuela quiere elecciones libres, quiere que cese la tiranía, que se acabe el maquillaje de unos sinvergüenzas apoltronados en el poder para que se restablezcan los derechos y las garantías y pueda renacer una sociedad equilibrada, armoniosa y no sujeta a violencias de todo tipo.

Los buenos somos más, esto es verdad en la Venezuela dolorida y angustiada y también es verdad aquí y en todo lado, sabemos que en la lucha entre el bien y el mal, el bien vencerá por la fuerza de los argumentos, por el convencimiento de la mayoría. ¡Fuerza, Venezuela!.

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