Sirven a la población del ‘Jardín de Los Ríos’

35 años vendiendo helados

Eduardo Cruz Olivo, de 75 años, recorre las calles de Valencia desde que tenía la edad de 40 años y aún lo sigue haciendo con el mismo esfuerzo del primer día. Su jornada empieza a las 08:00, pues prepara su triciclo para ya a la 09:00 llegar al centro del cantón y empezar con las ventas.

“Me dedico a esto porque en aquella época no encontraba trabajo, por lo que me tocó buscármelas para mantener a mi familia. Anteriormente me desempeñaba como agricultor, pero mi negocio me ha ayudado mucho”, relató Cruz, quien tiene siete hijos con su exesposa, pero en la actualidad vive solo con su actual pareja, quien lo acompaña a diario en sus labores.

Decidió iniciar su propio negocio

Nilo Laje Coello tiene más de 25 años dedicado a la venta de encebollado. Él inició en Quevedo, donde trabajó por alrededor de cinco años, trasladando su negocio luego a Valencia. “Me decidí a venir acá porque es más tranquilo. Siempre quise emprender mi negocio, ser independiente. Anteriormente me desempeñaba como albañil, pero aprendí de mis primos a preparar encebollados. Ellos se han dedicado siempre a esto”, indicó.

Laje asegura que Valencia le abrió las puertas para establecerse con sus ‘picantes’, por lo que se siente agradecido con el cantón. (STG)

Llegó desde Manta para quedarse

Daniel Góngora, de 65 años, se dedica a la venta jugos de coco en un triciclo. Se dedica a esta actividad desde hace aproximadamente 20 años, luego de desempeñarse en otros negocios ambulantes en su natal Manta (Manabí).

Góngora inicia su jornada desde las 09:00 y labora hasta que pueda vender todo el jugo, que lo prepara con coco semi-hecho. “Le digo a los jóvenes que sí se puede encaminar para mejorar nuestras vidas a través de un emprendimiento. Yo he salido adelante con mi pequeño negocio”, expresó. (STG)