Los milagros son efímeros

El recorte en el gasto estatal desacelerará, aún más, la economía. Ecuador deberá, para sostenerla, a los mercados financieros internacionales. Será imprescindible sostener el regreso y contar con el visto bueno del FMI. Mientras el Gobierno se debate entre dejar los subsidios a los combustibles o eliminarlos parcialmente. La decisión tiene tintes shakesperianos: es un ser o no ser populista lo que está sobre la mesa.

Se experimenta una inflación negativa que, a la corta o a la larga, pesará cobre el conjunto de la economía. En el primer trimestre el PIB cayó a una tasa de -2,7%. Si echan a la calle al número de funcionarios al que aspiran algunos analistas y críticos de la gestión gubernamental, muy pronto los indicadores de desempleo y empleo inadecuado tendrán una etapa de engorde. En esta materia, los milagros son efímeros.

Nuestra tradición populista es larga. En los últimos cien años tiene sus hitos mayores en Velasco Ibarra y Rafael Correa. En ninguno de los dos casos fueron notables el despilfarro y la corrupción en el aparato del Estado. En ambas tendencias hubo enriquecimiento de no pocos funcionarios públicos, pero también de empresas que se procuraron los más jugosos contratos públicos.

Atajar el sentimiento de una pérdida de control sobre manejo de la cosa pública es lo peor que pudiera ocurrirle al gobierno de Lenín Moreno, en particular en cuanto a la economía y la protección de los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad. El debate entre “el ser y no ser” tiene, por tanto, un límite y al borde de ese límite estamos todos los ciudadanos.


La libertad sólo reside en los estados en los que el pueblo tiene el poder supremo”. Cicerón Político romano (106 AC-43 AC)

La libertad sin una autoridad fuerte e incólume, no es libertad al cabo de poco tiempo, sino anarquía”. Antonio Cánovas del Castillo Político español (1828-1897)