El sueño de un torero se convierte en realidad

Sueño. Julio Ricaurte alcanza se doctora en tauromaquia. (Foto de Archivo)
Sueño. Julio Ricaurte alcanza se doctora en tauromaquia. (Foto de Archivo)

Julio Ricaurte tomará la alternativa esta tarde en la plaza de Riobamba.

Por: Santiago Aguilar

Una multitud de aficionados se arremolina en los alrededores de la plaza de toros; unos, boleto en mano, buscan con fervor las puertas de ingreso al coso, otros, con miradas intensas, acechan a quienes aún cuentan con alguna localidad disponible para asistir al magno acontecimiento taurómaco.

Es Juriquilla, México, la tarde del 3 de mayo de 2014 lugar y fecha escogidos por el gran José Tomás para reaparecer en los ruedos tras veinte meses de ausencia; sin duda, ese año, el suceso más importante del orbe taurino.

Mientras el genial maestro exhibía su vestido verde y oro en el patio de cuadrillas, la emoción y la ansiedad crecían en los alrededores del precioso escenario. Entre la muchedumbre llama la atención la menuda e inquieta figura de un muchacho con el rostro marcado por la prisa y las gruesas gotas de sudor que denuncian su esfuerzo para poner en manos de los fanáticos el último puñado de boletos, negociados en una venta “in extremis”, casi milagrosa, consumada con el toque de clarín ya rasgando el ambiente.

A la hora del paseíllo el chico recupera el aliento al tiempo que asegura en uno de sus bolsillos los dividendos de la lucrativa jornada que, además, le permiten atestiguar el gran festejo. En el tendido Julio Ricaurte, el protagonista de esta historia, satisfecho cierra las cuentas antes de arrancar a recapitular su lucha en ruedos mexicanos y echar a volar sus sueños; lo primero –se dice- comprar el traje azul y oro con el que se presentó como novillero en ruedos aztecas al inicio de una sacrificada andadura.

Sus comienzos, recuerda, en su Riobamba natal bajo la guía de los matadores Juan Pablo Díaz y José del Río que con las telas en sus manos, paso a paso, con fe y generosidad, le fueron revelando los secretos del toreo. Las capeas primero y los festivales después confirmaron su capacidad y, lo que es más importante, afirmaron su vocación.

Creyendo en sí mismo, con la decisión de convertirse en torero y la brújula marcando el norte, viajó a México buscando el camino que le lleve a convertirse en matador de toros.

Poder. Estupendo muletazo por alto de Julio Ricaurte. (Foto de Archivo)
Poder. Estupendo muletazo por alto de Julio Ricaurte. (Foto de Archivo)

El clamor que asciende desde el ruedo por la presencia de José Tomás devuelven a Julio a aquel presente; no en vano el ilusionado chico se apresta a beber de la sabiduría del maestro de Galapagar. Quién como él, reflexiona, al seguir detalle a detalle el parsimonioso caminar del coleta hispano convertido por sus triunfos y por su sangre en un ícono del toreo, en un espejo en el que todos se miran.

El aleteo de sus indetenibles pensamientos lo transportan más tarde a la Escuela Taurina de Aguascalientes que le acogió, formó y ofreció las oportunidades básicas como aquella primera novillada hace cinco años, su posterior debut con picadores el 23 de febrero de 2014 y desde allí, un ir y venir que le permitieron sumar 20 festejos en plazas de categoría como Aguascalientes, Monterrey, Tampico y en las más importantes arenas ecuatorianas.

El duro oficio y la distancia forjaron la personalidad de Julio que deja ver esa seriedad prematura propia, muy propia, de los toreros. En su hablar pausado muestra los rigores de la lucha refiriendo con melancolía sus años infantiles en la escuela San Felipe Neri y su intensa etapa adolescente en el colegio Salesiano, en cuyos últimos años ya acusó los primeros síntomas del “mal de montera” con el toreo ya metido en el alma.

Preparación. Ricaurte toreando una becerra como parte de su preparación. (Foto de Archivo)
Preparación. Ricaurte toreando una becerra como parte de su preparación. (Foto de Archivo)

Sus inicios como novillero coincidieron con la etapa de persecución y prohibiciones que sufrió la industria taurina local; la falta de oportunidades y su razón de vivir le alejaron de Julio y Maritza, sus padres y de Andrés su hermano y compañero en una y mil tardes jugando al toro en el dorado redondel imaginario del patio de la casa familiar.

En México –agradece- recibió el apoyo del matador Guillermo Rondero que lo acogió al igual que Jorge Delgado que le abrió las puertas de la academia taurina hidrocálida. Con ellos recorrió el polvoriento campo bravo azteca y se procuró los festejos en los que logró mostrar su valía.

Los primeras ovaciones por las verónicas de estatua de Tomás son otro llamado de atención al ensimismado mozo, los lances sacuden la plaza provocando que Julio traslade sus quimeras con forma de ilusiones en la tarde de su alternativa que hoy, como por arte de magia, se convierte en realidad.

El caso es que en el ruedo de la Plaza Raúl Dávalos, a las cinco de la tarde, de blanco y plata enfrentando a un toro de Peñas Blancas, Julio Ricaurte se graduará de matador de toros y empezará a vivir un nuevo sueño.

Corrida de lujo

El matador de toros español Daniel Luque encabeza el cartel de la gran corrida de toros que esta tarde se llevará a cabo para conmemorar los 20 años de reinauguración de la plaza de Toros Raúl Dávalos de la ciudad de Riobamba para conceder la alternativa al torero compatriota Julio Ricaurte en presencia del diestro hispano Román Collado en la lidia de un encierro de toros de la prestigiosa ganadería de Peñas Blancas.