Redacción Quevedo
La campaña electoral en Ecuador de cara al balotaje del 11 de abril entra en su recta final con un «pronóstico reservado» sobre la lucha de los candidatos Andrés Arauz y Guillermo Lasso por suceder, desde mayo, a Lenín Moreno en la Presidencia.
En la primera vuelta celebrada el 7 de febrero, Arauz, de 36 años y heredero político del expresidente Rafael Correa (2007-2017), ganó el 32,72 % de los votos escrutados, mientras que el centroderechista Lasso, de 65 años, se hizo con el 19,74 %.
La campaña de ambos ha estado restringida por las exigencias de distanciamiento social a causa de la Covid-19, y se ha concentrado en conquistar a los indecisos y a quienes votaron nulo en febrero.
«Es una final de pronóstico reservado», aseguró a EFE el politólogo César Ulloa pues «no se sabe cómo se definirá la situación» la próxima semana, ya que ambos muestran tendencias al alza y tienen «una diferencia corta».
Final desdibujado
La campaña electoral se ha desdibujado tras un incidente el viernes cuando Lasso intentó penetrar en la localidad de Guamote.
Según el candidato, el alcalde de Guamote, Delfín Quishpe, bloqueó la carretera de acceso a un evento y presuntamente lanzó piedras a los automóviles que lo acompañaban.
No obstante, Quishpe denunció un supuesto «atentado» en su contra por parte de seguidores de Lasso.
Pero días atrás, ya la campaña había caído en una «guerra sucia» que se ha viralizado a través de las redes sociales, donde circulan todo tipo de denuncias.
Investigador de la Universidad de las Américas, Ulloa sostiene que era previsible esa campaña pues los candidatos ya han agotado todo su abanico de ofertas en los temas más relevantes en este momento: empleo, salud y seguridad.
Y cuando ya no hay más que ofrecer, la campaña cae en «cosas escabrosas» que buscan obtener impacto en medio del escenario polarizado que vive Ecuador, dijo.
«En las redes sociales, el mayor porcentaje de información que circula es compartido sin ser contrastado», anotó Ulloa, para quien la campaña terminó tras el debate presidencial del pasado 21 de marzo, y a partir de allí ganó terreno la campaña «que busca sensacionalizar la política sobre la base de emociones perversas».
Para el analista, ahora no hay tendencias muy definidas por lo que es difícil presumir quién vencerá el 11 de abril en Ecuador, donde su población está sumida en «una fatiga cívica» porque no encuentra respuestas institucionales para resolver problemas inmediatos, como la vacunación contra la Covid-19.
¿Época de incredulidad?
Para el politólogo, la población ha entrado en «una época de incredulidad total» y gane quien gane, «nadie está convencido de que aquello que se ofertó, efectivamente se cumpla».
Ve una población golpeada por la crisis económica, afectada por el confinamiento, agobiada por la incertidumbre y sumida en el «sálvese quién pueda».
«No hay legitimidad en quién pueda convocar a una marcha. Hay un desgaste progresivo de los trabajadores, educadores, jubilados, de la coordinadora de organizaciones y movimientos sociales», comentó al indicar que la incredulidad ha llevado a la individualización.
Por ello «cada cual se queja en el Facebook, Twitter, WhatsApp, pero no pasa de ahí», señaló al insistir en el hartazgo de la población ante la política.
También el analista y columnista Lolo Echeverría cree que la población está «absolutamente decepcionada», con poca fe en los políticos, «desesperada y sin saber cómo reaccionar».
«La población vota porque es obligatorio, si fuera libre, iría un 20 % máximo», subrayó Echeverría, director de la revista Criterios.
El voto nulo
A tenor de los resultados de la primera vuelta, Echeverría dijo a Efe que los dos candidatos tienen «un alto nivel de rechazo» y por ello el balotaje se les presenta complicado pues deben conquistar al electorado que no los apoyó y al 9,55 % que optó por el voto nulo.
El movimiento indígena Pachakutik promueve el voto nulo en la segunda vuelta y ha convocado a los ecuatorianos a un proceso de «lucha y resistencia» contra el supuesto fraude electoral que creen se cometió contra su candidato, Yaku Pérez, quien quedó tercero (19,39 %) entre los 16 aspirantes a la Presidencia.
Al tiempo que no se sabe cómo responderá el electorado a ese llamamiento, algunos de los miembros de esa agrupación ya se han decantado por alguno de los dos candidatos, como la misma Virna Cedeno, excandidata a la Vicepresidencia, como segunda de Pérez. (EFE)