Mujeres luchan fuera de su país para brindarles a sus familias mejores días

J. MUJER EN ESPAÑA
Momentos de angustia vivió Zaida Vera al no tener a su familia junto a ella, pero gracias a su perseverancia lo logró.

Dejando a su familia, Zaida Vera dejó su natal El Empalme en el 2003, logró juntar a su esposo e hijos, no olvida a su madre, hermanos y demás familiares.

Más de 20 años han pasado desde que la migración se volvió un fenómeno en Latinoamérica y Ecuador no fue la excepción.

No hay una cifra exacta de las mujeres que decidieron dejar el país para buscar un mejor futuro, a algunas no les fue bien y retornaron, otras lograron llevarse a sus familias y aún continúan en la lucha, pese a las dificultades presentadas como las leyes migratorias o la pandemia que dejó a millones de personas sin empleo en el mundo.

Con todo el dolor que siente una madre al tener que dejar sus hijos, Zaida Vera Triviño fue una de ellas, esto, con la finalidad de darles un mejor estilo de vida, no solo a su círculo cercano, sino también al resto de su familia.

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No pierde las esperanzas de volver a su tierra, pero en España ya cuenta con grandes amistades.

Invitada por su padre, dejó El Empalme (Guayas) el 20 de marzo del 2003, al peso de sus maletas se sumaba la tristeza que representaba ir a un lugar lejano, desconocido, diverso en costumbres y alimentación, donde no era amiga de casi nadie, pero sus ganas de salir adelante y de juntar su esposo y dos hijos (menores de edad en aquella época) eran más fuertes.

Comentó que cerca de tres meses estuvo desempleada, situación que en muchas ocasiones le ponía a pensar si había decidido de manera correcta.

Pero lo logró y empezó a trabajar durante 12 horas al día de lunes a viernes (de 08:00 a 20:00), mientras que el sábado salía a las 13:00; el domingo lo dedicaba de manera exclusiva a descansar y establecer contactos con sus seres queridos que se encontraban en Ecuador.

Llegó el día en que la aguerrida mujer cumplió uno de sus principales objetivos, lograr que su esposo, Pablo Pincay, se reuniera con ella en Tarragona, en el noreste de España, situada a casi seis horas de Madrid, la capital. Eso fue posible cuatro meses después gracias a una carta de invitación de su cuñado. Por casualidades de la vida en agosto de ese mismo año se cerró la frontera.

Llegó el año 2005 y obtuvo sus documentos gracias a la regulación de emigrantes impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero, presidente español de esos años.

En el 2007 el funcionario manifestó: que el proceso de regulación que llevó a cabo su gobierno fue «necesario, conveniente y positivo» y subrayó que «nadie puede trabajar en la ilegalidad». Ambos seguían luchando, pues les faltaba el resto de integrantes.

 Y logró

La felicidad de la pareja se completó el 15 de diciembre del 2007 cuando Bryan (11 años) y Byron (seis) llegaron a vivir junto a ellos, luego de extensos trámites tanto en la embajada española como en la ecuatoriana.

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La familia Pincay Vera se juntó por completo en el 2007 con la llegada de Bryan y Byron.

En la actualidad, todos trabajan, cuentan con su doble nacionalidad y han viajado cada tres o cuatro años, la última visita fue para el 2019 justo para el Día de la Madre.

Aunque se ha visto afectada por la pandemia, Zaida Vera no cuenta por ahora con un trabajo estable pero sí genera sus ingresos, con los cuales ayuda a su madre y con quien establece un contacto telefónico casi a diario.

En sus planes no está regresar, al menos no por ahora, pues quiere que sus hijos de 21 y 25 años sigan radicados allá. “No es nada fácil, pero seguimos en la lucha, no desmayamos, nos tenemos unos a otro y eso en una gran motivación diaria. Como todo cambio extremo cuesta al principio pero allí vamos, siempre llevo en mi mente a mi mamita, hermanos y sobrinos y eso me da ánimos para luchar”, finalizó.  (JO).

La comunidad ecuatoriana en España en 2021 era la tercera comunidad extranjera más importante en el país con unas 416.323 personas, según un censo realizado en el país europeo.