La falta de lluvias y el exceso de fertilizantes tiene débil la tierra

Oficio. Trabajar en el campo y recorrer sus cultivos día a día es su mejor satisfacción como agricultor, dijo Muñoz.
Oficio. Trabajar en el campo y recorrer sus cultivos día a día es su mejor satisfacción como agricultor, dijo Muñoz.

Agricultores riosenses se preparan para la siembra de ciclo corto, pero con reservas.

Desde los 15 años de edad, Byron Muñoz, de 49 años de edad se dedica a la agricultura, vive el recinto El Vergel, del cantón Valencia, con sus tres hijos. Accedió a conversar con LA HORA, nos contó como es su día a día en el campo.

Se muestra un tanto nervioso, friega sus manos que portan pequeños cayos en sus palmas provocados por el machete y garabato que usa en sus labores. “Mi día empieza a las 06:00, el canto del  gallo es mi alarma, mientras me visto, escucho el ruido de los platos y ollas en la cocina, es mi esposa que ya está preparando el desayuno. Después de alimentarme salgo a recorrer el campo junto a mis fieles aliados que me esperan atrás de la puerta (se refiere al machete, garabato y sus botas). Recorro las 18 hectáreas, donde tengo sembrado cacao, verde y yuca, cosechas que por temporada se puede decir que son rentables, porque se ponen a buen precio, mientras que para el intermediario siempre se pone mejor”, explicó Muñoz, contento.

El agricultor asegura que la vida en el campo siempre ha sido difícil… “Hay que cuidar permanente los sembríos, para evitar la presencia de plagas que atacan y matan a las plantas, esto se puede volver un dolor de cabeza. Antes no había tecnología para detectar qué tipo de plagas existían, ni qué fertilizante se tenía que usar. Las plagas se las combatía manualmente, es decir, desyerbando con el garabato la maleza que acechaba a los cultivos, siempre se debe de estar pendientes del crecimiento de la producción. El invierno se convierte en el mejor aliado para sacar una producción más sana y natural”, manifestó el productor riosense.

Prosiguió… “Antes la vida en el campo era muy linda, porque los únicos vehículos que se encontraban en la carretera de herradura eran los caballos y mulares cargando los sacos de cosechas de las fincas vecinas, que salían al pueblo a vender sus productos. Ahora hasta el campo está contaminado con el smog de las camionetas y camiones que entran hasta las mismas fincas y haciendas a comprar lo que más puedan, para luego revender o exportar a otras ciudades o países. Y ni qué hablar de los intermediarios que se llevan a un precio bajo, y en la ciudad clasifican el producto y lo venden a precios  muy elevados”, reveló el emprendedor. (SCC)

Cultivos

Químicos

° Byron Muñoz, dueño de 18 hectáreas de cacao ramilla, yuca y verde, mencionó que desde siempre los precios en los centros de acopio es de acuerdo al estado del producto, si el cacao llega húmedo, le pagan dos por uno, mientras más seco el cacao, le descuentan un 10% aproximadamente, y dependiendo el lugar. Asimismo, la yuca y el verde, antes brotaba una yuca enorme y muy suave, la tierra solo se la araba, se coloca la semilla o lo mata, luego la urea, y listo, el cuidado constante y a esperar que la lluvia haga su parte.

° En la actualidad, con la tecnología la cantidad de fertilizantes que se usa en los cultivos, ha generado que la tierra se debilite y no de buenos resultados, al momento de sembrar y la falta de agua también se ha convertido en un enemigo constante para el agricultor, que ha obligado reemplazar semillas que no necesiten tanta agua para sacar sus cosechas. Mientras tanto, otros agricultores han construido riegos por la falta del líquido vital.

Producción

Rentable

° Según su experiencia en la agricultura, Byron Muñoz, dijo que la cosecha de la yuca demora 10 meses, y el cacao dura cuatro años para obtener buenos resultados, desde ahí cada 22 días o cada mes, máximo, comienza a vender. Mientras que, el plátano se puede sembrar en cualquier mes o época del año, sin embargo, los periodos más adecuados para el establecimiento de la siembra deben ser al final de la época seca o principios de la lluvia, o sea, a finales de abril.