Iniap busca salvar las musáceas con agrotecnología

Iniap capacitaciones| Diario La Hora
De acuerdo con Bustamante, el problema es grave ya que cerca de 500 hectáreas de musáceas en el país están en riesgo.

Se teme que al perder las plantaciones se incremente la delincuencia.

QUEVEDO. Preocupados ante las enfermedades que afectan al banano, como la sigatoka negra o el moko; además de amenazas externas como fusarium oxysporum, entre otras que ya se detectaron en Colombia y Perú, Iniap lanzó un nuevo proyecto.

En ese contexto, también participa el Programa Nacional de Banano, conjuntamente con el apoyo de los Departamentos de Protección Vegetal, Suelos y Aguas, quienes hicieron el lanzamiento de su proyecto denominado “Desarrollo de agrotecnologías como estrategia ante la amenaza de enfermedades que afecten la producción de musáceas en el Ecuador”

Iván Garzón, director de estación experimental tropical Pichilingue, Eduardo Jarrin, Antonio Bustamante e Ignacio Sotomayor.
Iván Garzón, director de Estación Experimental Tropical Pichilingue, Eduardo Jarrín, Antonio Bustamante e Ignacio Sotomayor.

Este proyecto durará cuatro años y busca beneficiar por lo menos al 10% de productores de las provincias de Los Ríos, Guayas, Manabí, Esmeraldas, Santo Domingo, Santa Elena, El Oro, Orellana, Sucumbíos y Napo. La inversión es de más de 7 millones.

Antonio Bustamante, responsable del proyecto de Iniap, detalló que tiene cinco componentes:

1) Seleccionar materiales élites en campos de productores a nivel nacional que presenten características sobresalientes de producción, sanidad, calidad de fruta, entre otras, así como la introducción de materiales foráneos reportados con resistencia o tolerancia a FOC R4T.
2) Evaluar microorganismos como potenciales agentes de control biológico de patógenos causantes de enfermedades, para lo cual se
desarrollarán técnicas de producción masiva de microorganismos seleccionados.
3) Desarrollar tecnologías aplicadas para banano, plátano y otras musáceas con base en los conceptos de agricultura 4.0.
4) Desarrollar procesos productivos para proveer de plantas de calidad y tecnologías de biocontrol.
5) Fortalecer y actualizar planes para la difusión y capacitación de agrotecnologías sostenibles en la producción de musáceas, mediante la implementación de Escuelas de Campo, el establecimiento de parcelas

 

Los productores recibieron charlas sobre las nuevas plagas que afectan a las musáceas y cómo prevenirlas.

De acuerdo con Bustamante, el problema es grave ya que cerca de 500 hectáreas de musáceas en el país (banano, plátano, orito, abacá) están en riesgo; además colocó como ejemplo que la gravedad se puede resumir a que, «si actualmente un bolón cuesta 2 dólares, si las enfermedades atacan, el bolón va a costar 15 dólares».

De su parte, Eduardo Jarrín, subdirector de posicionamiento estratégico de Iniap, explicó que a este proyecto se va a vincular a todas las universidades, escuelas politécnicas e instituciones agrícolas del país. “Al mejorar la agricultura el engranaje socioeconómico del país también mejora”.

Jarrín fue enfático al decir que en 15 años podría venir la tragedia en la agricultura, “porque país que cede la investigación agrícola está cediendo la soberanía nacional y la seguridad alimentaria. Necesitamos mayor aporte de parte del Gobierno”, dijo.

 

En la Estación Experimental Pichilingue se busca evitar la pérdida de miles de hectáreas de musáceas.

Ignacio Sotomayor, asesor del director ejecutivo de Iniap, explicó que se dictan capacitaciones, pero estas no solo van dirigidas a los productores, ya que el banano genera fuentes de trabajo importante.

Según Sotomayor, este sector genera más de tres millones de dólares en un año. “Si perdemos nuestro banano tendremos más ladronísmo, drogadicción, más problemas sociales”, dijo.

Iván Garzón, director de la Estación Experimental Tropical Pichilingue, hizo un llamado a que todos se unan para trabajar a favor del agro.  Además, junto al resto de sus compañeros coincidieron en hacer un llamado a que todo técnico, industrial, los colegios y universidades deben hablar el mismo idioma. (MZA)