Los desfiles en Mocache no solo trajeron alegría y dinamismo a la comunidad, sino que también impulsaron el comercio local. Desde tempranas horas de la mañana del 28 de mayo, las calles se llenaron con una variedad de puestos de comerciantes informales, cada uno ofreciendo una diversidad de productos y alimentos. La actividad comercial se hizo evidente en cada esquina, con la presencia de frutas frescas, platos típicos locales, artesanías coloridas y una amplia gama de productos que reflejaban la riqueza cultural y gastronómica de la región.
Los comerciantes en sus puestos bien organizados, no solo ofrecían productos, sino también una experiencia única a los visitantes. La amabilidad y la calidad de la atención hacia los clientes y la pasión con la que compartían sus productos agregaban un valor inigualable a la experiencia de compra. Además, la competencia amistosa entre los comerciantes creó un ambiente de camaradería y colaboración. (MB)