El maíz ya puede verse por las calles fluminenses siendo vendido por los comerciantes.
Redacción BUENA FE
Si hay un hecho que marque distinción en el país, durante el primer trimestre del año, es sin duda alguna la cosecha del choclo. Y es que su versatilidad, la cual remonta a tiempos precolombinos, lo ha convertido en uno de los rubros agrícolas predilectos del Ecuador.
Humitas, tortillas y mazamorra, no son sus únicos usos, pues de esta mazorca se elaboran distintos derivados como el balanceado, indispensable para la cría de aves y cerdos. Transformándose así en un pilar fundamental de la economía nacional y sirviendo como fuente generadora de empleos directos e indirectos en toda la región.
Tras un 2020 convulsionado por la paralización de múltiples sectores productivos y una caída en los ingresos per cápita, a causa de la pandemia del covid-19, resulta positivo iniciar el año con la comercialización del prestigioso grano.
Según fuentes del Instituto Nacional de Estadística y Censos, la mayor cantidad de plantaciones de choclo del país, se concentra en las provincias Los Ríos, Guayas y Manabí. Con lo cual se augura una progresiva reactivación en el flujo de circulante.
Para Jorge Gende, de 60 años de edad, quien se dedica a la comercialización informal de las mazorcas de maíz desde hace una década, la cosecha llega en buen momento, pues con esta actividad brinda sustento para él y 3 de sus 6 hijos.
A su parecer, los precios no han variado en relación al año anterior y continúan manteniéndose flexibles tanto para el expendedor como para el consumidor. A lo que indicó que por un dólar el cliente puede obtener hasta ocho choclos; mientras que, para el comercio remonta a los 23 dólares por quintal de maíz seco.
Sin embargo pide al cielo que las lluvias continúen manteniéndose moderadas, para que estas no afecten ni la cosecha, ni los precios. (JTE)