Cables enredados en Quevedo: un peligroso desafío urbanístico sin resolver

cable muertos
CABLEADO. Calles del casco urbano de Quevedo llenas de cables.

La falta de gestión en la retirada de estos cables no solo afecta estéticamente a la ciudad, sino que también representa riesgos de seguridad para los ciudadanos.

En la ciudad de Quevedo, los cables enredados y colgando por todas partes son un paisaje cotidiano. Estos cables, conocidos popularmente como “tallarines”, provienen de diversos servicios como energía eléctrica, televisión por cable, internet o telefonía fija. Con el paso de los años, este problema ha crecido considerablemente, siendo más evidente en ciertos sectores, donde se calcula que existen alrededor de 50 cables cruzados, muchos de ellos `cables muertos´, dificultando identificar para qué servicio específico están destinados.

Opinión de técnicos

Hablamos con técnicos de empresas que ofrecen servicios de Internet en Quevedo, quienes explicaron que la responsabilidad de retirar estos cables recae en los proveedores una vez que un usuario cancela el servicio. Sin embargo, es común que muchos de estos cables permanezcan colgando sin uso, especialmente aquellos que contienen cobre, material que puede generar peligrosos cortocircuitos si entran en contacto con otros cables.

La falta de gestión en la retirada de estos cables no solo afecta estéticamente a la ciudad, sino que también representa riesgos de seguridad para los ciudadanos. Según los técnicos, los cables de fibra óptica, son un poco más viables ya que no conducen electricidad, contrastan con los de cobre en términos de seguridad.

Caso de soterrado

Este problema no es nuevo en Quevedo. Desde noviembre de 2017 se ha hablado de la necesidad de soterrar los cables como parte de una regeneración urbana estimada en 3 ‘200.000 dólares durante la administración del ex alcalde Jorge Domínguez. Sin embargo, este proyecto jamás se ha materializó, lo que se conoce del proyecto es que estaba bajo investigación por la Contraloría General del Estado por presuntas irregularidades relacionadas con peculado, hasta la fecha, no se ha vuelto a tener más información sobre este caso.

La persistencia de los cables “tallarines” en Quevedo refleja un desafío urbanístico y administrativo pendiente, mientras los ciudadanos continúan lidiando con la presencia desordenada y potencialmente peligrosa de estos cables en sus entornos cotidianos. (MB)