Con más de dos meses en Loja, la imagen de la Virgen del Cisne comenzará su camino de regreso a su santuario el 1 de noviembre. Las actividades de despedida y recibimiento están listas para honrar a la “Churonita”.
Después de un emotivo tiempo en la ciudad de Loja, la Virgen de El Cisne se prepara para regresar a su santuario en la parroquia El Cisne el próximo 1 de noviembre. La imagen ha estado en la ciudad durante más de dos meses, donde ha sido objeto de fervorosas expresiones de fe y devoción. Al igual que la Romería en agosto, este regreso se realiza por tramos. Para asegurar que su retorno sea una celebración digna, se han organizado diversas actividades tanto para despedirla en Loja como para recibirla en Catamayo.
Las actividades de despedida se iniciarán el 31 de octubre, a las 18h00, con una eucaristía campal en la Diócesis de Loja. Según el padre William Arteaga, párroco de El Sagrario, la imagen vestirá de reina y realizará un recorrido por las principales calles de la ciudad, incluyendo la calle 10 de Agosto. Este año, se añadirá un concierto de la Orquesta Sinfónica, lo que implicará el cierre temporal de algunas vías.
El 1 de noviembre, la jornada comenzará con una eucaristía de despedida a las 06h00, y a las 07h00 la Virgen iniciará su camino hacia Catamayo. Antes de partir, Monseñor Walter Heras entregará la custodia de la imagen a la Policía Nacional, quienes estarán a cargo de la seguridad durante el trayecto. La ruta incluirá calles principales hasta llegar a la gruta de El Villonaco, donde se celebrará una misa a las 11h30 antes de continuar hacia Catamayo, donde se espera su llegada a las 15h00 con una ceremonia de bienvenida.
La seguridad del evento será garantizada por 150 policías, así como diversos vehículos y equipos logísticos. En la ciudad, se implementarán operativos de seguridad para asegurar que todos los participantes puedan disfrutar del evento con tranquilidad.
La devoción hacia la Virgen de El Cisne ha crecido este año, no solo en el ámbito local, sino también internacional. La imagen peregrina tuvo su primera visita a Roma, donde fue recibida con gran fervor, destacando la unión de la comunidad ecuatoriana en el Vaticano.
El vestido que llevará la Virgen en su primer tramo simboliza a los campesinos, reflejando los desafíos recientes que han enfrentado los agricultores del país. Este atuendo es un recordatorio de la historia y de la razón por la que la Virgen fue traída a Loja: las sequías y las plagas.
La Romería de la Virgen del Cisne no es solo un evento religioso, sino una celebración de la fe que une a la comunidad y a todos los devotos, quienes esperan con ansias el regreso de su “Churonita” al santuario donde continuará bendiciendo a su pueblo. (YP)
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