La tensión entre el alcalde Franco Quezada y los concejales de Loja persiste debido a la falta de acción en problemas críticos. Un punto de vista es renovar equipo asesor y jefes departamentales para mejorar la gestión.
La ciudad de Loja sigue siendo escenario de un profundo desacuerdo entre el alcalde Franco Quezada Montesinos y la mayoría del Concejo Municipal, una tensión que ha perdurado hasta intensificarse con la emisión de una ‘Carta Abierta’ por parte de nueve de los once concejales, el pasado 21 de mayo.
En la misiva, los concejales Pablo Carrión, Miguel Castillo, Lenin Cuenca, Jhon Espinoza, Santiago Erráez, Polibio Vélez, Iván Ludeña, Pablo Quiñónez y Diana Guayanay (vicealcaldesa), expresaron su preocupación por la falta de un plan claro y la ausencia de medidas decisivas para resolver problemas críticos de la ciudad. Entre los problemas que mencionaron se encuentran la crisis en la recolección y tratamiento de desechos sólidos, la infraestructura vial y el control de las ventas informales.
Los ediles criticaron que, tras un año de gestión, ‘no se han visto resultados significativos’, limitándose la administración a ‘promesas y ofrecimientos’. A decir de ellos, a pesar de haber presentado más de 30 proyectos normativos y facilitando un millón de dólares adicionales para obras públicas mediante reformas aprobadas en diciembre de 2023, no han observado avances sustanciales.
El concejal Santiago Erráez ha sido particularmente crítico, denunciando ante la Contraloría General del Estado (CGE) que 26 jefes departamentales no cumplen con los perfiles requeridos y carecen de la experiencia necesaria para sus cargos, según el manual de valoración de puestos.
En respuesta a la emisión de esta ‘carta abierta‘, el alcalde Quezada la calificó como un «pasquín», y aseguró que su trabajo será validado por la ciudadanía. Defendió su gestión, destacando obras en agua potable, alcantarillado y vialidad, y acusó a los concejales firmantes de haber obstaculizado la adquisición de equipo caminero vital para las obras viales.
Por otro lado, el concejal Yuri Yaguana, quien no firmó la carta, pidió públicamente al alcalde Quezada, a través de un medio de comunicación, que realice una «oxigenación» del equipo asesor y de los jefes departamentales, argumentando que esto sería beneficioso para la ciudad y permitiría generar un diálogo más saludable.
Tal es el desacuerdo, que el 23 de mayo, una sesión extraordinaria del Cabildo no pudo realizarse debido a la ausencia de seis concejales: Pablo Carrión, Iván Ludeña, Edwin Castillo, Pablo Quiñónez, Jhonatan Espinosa y Diana Guayanay. Los ausentes argumentaron que no se están respetando las ordenanzas de procedimiento parlamentario y acusaron al alcalde de convocar únicamente sesiones extraordinarias para tratar puntos de su interés.
Reflexión
La tensión entre el alcalde Quezada y el Concejo Municipal de Loja refleja una profunda crisis de gobernabilidad. La falta de comunicación y cooperación entre las partes está obstaculizando la capacidad de la institución para abordar problemas urgentes.
La comunidad lojana, que observa atentamente este conflicto, espera que ambas partes puedan encontrar un terreno común para avanzar y mejorar la calidad de vida en la ciudad. La recomendación de los concejales de que el alcalde considere «dar un paso al costado» si no se implementan cambios significativos añade una presión adicional sobre Quezada, quien deberá demostrar con acciones concretas su capacidad para liderar la ciudad.
La necesidad de un diálogo abierto y constructivo es imperativa para superar este estancamiento y comenzar a trabajar en soluciones efectivas para los problemas que enfrenta Loja.