María Rosa Zury Rojas
Entre propuestas populistas e inconstitucionales hasta comentarios xenófobos y machistas, escuchamos durante seis horas a todos quienes buscan llegar al sillón de Carondelet, lo que quiere decir que, el ‘debate’ no ayudó a que aquellos ciudadanos aún indecisos encontraran a su candidato, al contrario, los decepcionó aún más. Y lo que es peor, los aspirantes, en su mayoría, dejaron de lado dos temas importantes y que marcaron los últimos años del país, es decir, las protestas de octubre y en especial a la sociedad del Covid-19.
A pesar de los intentos de los moderadores, el tema de salud dejó mucho que desear. Es más, parecería que nuestros candidatos creen que adquirir más vacunas es la única solución para enfrentar la pandemia, se olvidan que el administrarla requiere de tiempo y también de dinero. Y, por lo tanto, ante un Ecuador endeudado y con desempleos, se torna imposible hablar de reactivación económica o inversión extranjera si antes no podemos controlar la pandemia. Igualmente, muchos candidatos se volcaron a deslegitimar la función e importancia del Estado, lo que viene a ser contradictorio. Puesto que, nos guste o no, la pandemia no enseñó que sin servicios públicos y políticas sociales fortalecidas, es imposible sobrevivir a ella.
Teniendo en cuenta que nuestros candidatos se han quedado cortos ante las necesidades de un país en crisis y al borde del colapso y con la ausencia de partidos políticos con ideas claras, los ciudadanos tenemos que empezar a aceptar la idea de que estas elecciones serán una de las peores del país y que ante esa situación, tenemos que proyectarnos a trabajar por exigir mejores representantes políticos y a comprometernos en sacar, cada uno desde su espacio, al Ecuador adelante.