Lecciones de la sentencia

Tomó una década de abusos, latrocinios e inmundicias para que la Justicia actúe, aunque la sentencia del caso ‘Sobornos’ deja un sabor agridulce.

El valor de la Fiscalía General al enfrentarse contra una centena de bien pagados y capacitados abogados merece reconocimiento, pese a que hay resquemores de que los acusados no fueron todos los que debían.

El país lleva una década de proyectos de ley en contra de la corrupción, el enriquecimiento ilícito, la extinción de patrimonios oscuros y el premio a los soplones; los asambleístas deben pensar que aprobarlos sería ponerse la soga al cuello.

Es dudoso que, pese al pedido de la Fiscalía, se impuso una pena exagerada ante un acto de valentía para delatar a los delincuentes, contra todo lo que fija la doctrina internacional, que premia la delación de delitos e incluso entrega reconocimientos económicos. El mensaje es claro para cualquiera que delate en el futuro.

Además, se aplicó una tipificación similar para el dictador extorsionador que para el empresario extorsionado, sin considerar que entre uno y otro delincuente primaba un desequilibrio de poder.

La lección también es clara para el sector empresarial, que deberá guardar elementales normas éticas al tratarse de obra pública, pero además para los funcionarios que hoy continúan cobrando a los acreedores del Estado para emitir pagos.

Ahora se verá la valentía de la Cancillería, que deberá aplicar el decreto emitido por el hoy prófugo Rafael Correa, y que dispone cancelar los pasaportes de exfuncionarios sentenciados; deberá demostrar que no hay continuismo ni encubrimiento.

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“A pesar de ti, de mí y del mundo que se desquebraja, yo te amo”.

Margaret Mitchell Escritora estadounidense (1900-1949)

“Si sufres injusticias, consuélate; porque la verdadera desgracia es cometerlas”.

Pitágoras Filósofo griego (569-475 a.C.)