En casa…

Quedarse en casa, sin asociar a castigo, es llevadero. Millones de seres humanos en el planeta lo hacen bajo el precepto que es mejor permanecer en el hogar, que en un hospital o un cementerio. El desafío, busca aplanar la curva y detener la propagación del corona virus. Lo que hacemos, depende de lo que somos.

Estar en casa es conjugar el verbo: trabajar, cuidar, conversar, amar, dormir, leer, pintar, coser, rezar, aprender, cocinar, soñar, descansar, estudiar, arreglar, limpiar, escribir, describir lo que experimenta a través de los cinco sentidos, sobre los recuerdos, o borronear sobre lo que pasa en los días de encierro ,ayuda a poner la experiencia en perspectiva y le permitirá ver en retrospectiva más tarde lo que implicó este momento único en la historia.

Permanecer en el hogar también implica estar en contacto con amigos y familiares, como parte de una prescripción médica que evita que el aislamiento sea dañino no solo para la salud mental, sino también para la salud física, particularmente el sistema inmune. Los científicos han descubierto que la calidad del sueño se relaciona con la cognición, el estado de ánimo y las relaciones interpersonales, que son esenciales para superar una misión en cuarentena.

Saber que el aire fresco, las flores, el color, el viento, el sonido de las aves, el olor de la tierra fresca y la sensación del sol cálido en el rostro, aguardan por la humanidad, son evidencias del milagro tan sencillo que comprende el estar vivos y muestra que la vida es un paquete de cartas que la puede jugar de diversa manera; esa pasión fugaz que invita a jugar a ser mortales, a administrar nostalgias, acumular ganas de abrazar, ser acariciados y graduarse en los recuerdos.

Por más indefensión que el encierro en casa pueda hacer sentir, siempre hay cosas que hacer: hay quienes, en internet, donan tiempo y dinero a organizaciones de beneficencia, hacen mandados para los ancianos o vecinos, otros gestionan provisiones a los más necesitados. Los beneficios para el voluntariado son tan grandes como para las personas que reciben la ayuda.

Nadie paga por permanecer en cuarentena. Es una carga emocional y económica para quienes tienen familia y para quienes viven solos. Sin duda, hay desafíos prácticos, logísticos, y grandes lagunas en los consejos oficiales que complican. No es fácil, alejarse de la rutina diaria, del trabajo y permanecer lejos de la familia y los amigos pero cuando nos proponemos y juntamos, trabajamos para superar los retos más complejos que podamos imaginar.

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